1. Hacer el amor


    Fecha: 31/08/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mi orgasmo tuviera réplicas graduales. Luego esperó un poco y se recostó sobre mí, sus pezones duros rozaban mi espalda, su voz estaba en mi oreja.
    
    -Toma mi mano - dijo, me ofreció la mano que no tenía en otro lado, la estreché.
    
    -Di mi nombre - lo hice.
    
    -Ámame… ámame por siempre - desde hace mucho eso ya era un hecho.
    
    -Eternamente.
    
    Como pude me di la vuelta y me senté en la cama, ella quedó sobre mí y yo abrí sus piernas, las enlacé con las mías hasta que nuestros sexos se tocaron, se acloparon, se besaron.
    
    Yo sudaba, su cuerpo estaba muy caliente, el mío también, la rodeé con mi brazos y ella se amarró mi cuello. Empezó con unos movimientos llenos de deseo, de lujuria y amor, yo solo sentía mi humedad mezclarse con la de ella, mi clítoris chocar contra el de ella, mis labios rozarse con los de ella.
    
    «-“¿Esa es la que más te gusta?”
    
    -“La primera vez que hice eso me encantó, si hay algo que me gusta del sexo entre nosotras es esa posición, las tijeras, siento que es algo único, super sensitivo y hermoso, los espamos que me recorren son asombrosos y los orgasmos son los más fuertes. Y a ti ¿cual te gusta más? - me preguntó con picardía.”»
    
    No duramos mucho, era lo que más nos gustaba hacer, en menos de 5 minutos ya estábamos corriendonos, sentí como algo grande me traspasaba de adentro hacia fuera, algo que me recorría desde el centro de mi pecho y terminaba en mi sexo con una explosión de sensaciones. Fue magnífico oír sus gemidos que casi eran ...
    ... sollozos, sentir todo en ella temblar y aferrarse a mí como si no hubiera más nada en este mundo. Yo no pude evitarlo, el orgasmo me llegó con efectos no solo físicos, sentía mi corazón estallar dentro de mí, en mi mente se combinaban todo de ella dejándome expuesta y febril, era mi dama, mi mujer, mi amiga y mi amante.
    
    No lo resistí y lloré en su hombro, me deshice, me desmoroné sobre ella.
    
    -Shhhh, no te preocupes... nunca te dejaré.
    
    Mi llanto era silencioso pero muy sentido, las lágrimas fluían con libertad. Ella acariciaba mi cabeza y de vez en cuando besaba mi frente.
    
    Desde que le pedí ser mi novia y tal vez mucho antes, yo sabía que jamás iba a poder separarme de ella. Había tenido malas experiencias con personas igual de malas, ya no quería sufrir más, yo solo quería amar sabiendo con certeza que me amaban de la misma manera. Ella llegó como un cometa, como energía en movimiento, cómo inevitablemente llegan las olas a la playa, me tomó entre sus manos como si fuera un ave agonizante, con cariño y ternura curó mis heridas, me rescató del dolor y junto con ella pude confiar otra vez.
    
    Poco a poco mi llanto cesó, solo respirabanos nuestro propio aire, nuestro olor a vida y a mujer. En un momento ella me tomó de la barbilla y me besó con ternura y suavidad.
    
    -¿Estás bien cariño?... Recupérate porque todavía no acabamos.
    
    Sonreí.
    
    -No, ahora es que empezamos - dije segura.
    
    Esa noche nos envolvió en una atmósfera de pasión, deseo y amor, lo hicimos hasta que ...