1. Sumisión ante mi pueblo


    Fecha: 26/06/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... perdían vista.
    
    - pasarles a cuchillo - le dije al carcelero antes de abandonar la estancia.
    
    La economía del reino no iba de la mejor manera por lo que me vi obligada a subir impuestos, esto no contentó ni a la nobleza ni al burgo, hubo conatos de insumisión por parte de algún hombre que envalentonado por lo nobles que se libraron del verdugo en el banquete en que cayeron mis enemigos.
    
    La caída de dos de los nobles fugitivos y de un par de cientos de labriegos relajo las cosas. Todos fueron torturados y ejecutados en publico para darle una lección a mi pueblo y mi propia satisfacción.
    
    Mi actividad sexual fue aumentando. No era rara la noche en la que en mi habitación era montada por dos o más soldados con carta blanca para disfrutar de mi cuerpo. Los hombres disfrutaban flagelándome, follándome en posturas imposibles por todos mis agujeros y finalmente corriéndose en mi cara a la vez. Yo les premiaba con buenas bolsas de oro por sus hombría y su discreción.
    
    A pesar de los poco ortodoxo, Tadeo, el verdugo del castillo recibió la orden sin inmutarse. Me hizo llegar unos harapos que me puse mientras le esperaba. Me hizo esperar más de 10 minutos de pie en mi habitación, por menos de eso le hubiera mandado azotar, pero había pedido ser tratada sin ningún miramiento por lo que aguanté mientras mi coño empezaba a licuarse. Tadeo entro y sin ningún miramiento me tiro contra la pared y me encadenó de pies y manos. Empujada por los soldados fui conducida a la mazmorra ...
    ... sin que por primera vez en mi vida la gente no bajase la cabeza a mi paso.
    
    Llegué a la mazmorra y el verdugo me arrancó el harapo. Me miro de arriba abajo y me abofeteó al ver que llevaba bragas, me las arrancó haciendo un daño terrible en la entrepierna. Mis pezones estaban en punta de la excitación, respiraba atropelladamente y más cuando me puso varias pinzas en mis pechos y en mi clítoris. El estasis total llegó cuando puso dos ultimas pinzas en mis empitonados pezones.
    
    El carcelero que ayudaba a Tadeo me ajuntó las cadenas a mis extremidades. Con una cuerda tensó las mismas quedando mi cuerpo casi en vilo.
    
    - espero que le guste tanto como a su madre – me dijo al oído. Yo aluciné.
    
    El primer latigazo fue el más fuerte que había recibido en mi vida. No creía que pudiese resistirlo, pero cuando ya llevaba seis, no deseaba que aquello parase.
    
    El verdugo me azotó con fuerza. Fue cambiado de látigo una y otro vez. Unos eran realmente la cola de satanás, los otros me permitían descansar. Me fue dando por todo mi cuerpo. Primero en las nalgas, después en la espalda, luego pasó a mis tetas y posteriormente a mis piernas y pies.
    
    No se el tiempo de me azotó, solo recuerdo que casi colgando de las cadenas pues mis piernas no podían más cuando se acercó para soltarme, no solo soltó de un tirón las pinzas en mis pezones sino que además retorció los mismos llevándome al cielo del placer.
    
    Caí echa un ovillo al suelo cuando soltó las cadenas, ante mi sorpresa el verdugo ...
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