Sumisión ante mi pueblo
Fecha: 26/06/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... coño, cambió de posición y agitándose la polla lanzó tres viscosos chorros en mi cara, no pude resistir la tentación y me la metí en la boca probando por primera vez en mi vida una polla en mi fauces.
Pedí seguir encadenada durante un rato. Eric se quedó de pie al lado de la cama. Me sentía en las nubes, tirada en la cama, encadenada, con la cara y el pelo llenos de lefa y con mi boca con el sabor salado del falo de mi soldado.
El sexo con Eric y otros soldados empezó a ser cada vez más duro, a veces me encadenaban, otras me ataban e incluso llegaron a sujetarme una cuerda al cuello de la que tiraban mientras me bombeaban. Deseaba bajar a las mazmorras.
Concrete una visita a la mazmorra con Froilán, el jefe de mi guardia. Me excito sobre manera ver las cadenas que caían del techo en las gélidas mazmorras. Los labriegos presos en las celdas alrededor de la zona de tortura me miraban con asombro.
Froilán me estuvo explicando para que valía cada instrumento, cuanto daño hacia cada látigo, cada flogger. Me explicaba las sensaciones que las personas sometidas sentían en cada sesión.
- deseo probarlo. Quiero saber de primera mano que sienten mis súbditos, incluso los condenados.
El soldado me miro con poca sorpresa, estaba claro que sus subordinados habían hablado de mi gustos sexuales.
Me condujo debajo de las cadenas y ató a ellas mis tobillos y mis brazos, quedando estos abiertos.
- quiero probar un látigo.
- Tenemos varios mi señora.
- Lo dejo tu ...
... elección – estaba extremadamente excitada en ese lugar, en esa posición y con un hombre a mi espalda con un látigo en la mano.
El jefe de mi guardia, blandió un flogger y con el azotó mi espalda y nalgas, me excitó mucho, pero no me dolía.
- desnúdame la espalda y vuelve a darme
- Pero mi señora, le dolerá – me contestó
- Eso lo decidiré yo, tu dame, no temas nada.
Los encarcelados miraban atónitos.
- no se como abrir este vestido me dijo el hombre
- rasga la espalda con un cuchillo.
El soldado no se cortó. Sacó de puñal y rasgó mi caro y lujoso vestido, dejando al aire mi espalda y mi ropa interior de lana.
- rasga también el sujetador y las bragas – el soldado lo hizo. El contacto del hierro con mi piel me hizo estremecerme – y ahora vuelve a darme.
El primer golpe hizo que me corriese, un tremendo orgasmos cruzó mi cuerpo y mis piernas fallaron dejándome colgada de los brazos.
- mi señora – grito Froilán
Yo me recompuse y sin mírale le pedí más.
- dame, trátame como a una proscrita - dije
Me azotó durante diez minutos, yo iba pidiéndole que cambiase de flogger hasta que torturo mis nalgas con un dolorosísimo látigo que dejo mi culo impoluto lleno de marcas. Yo iba de orgasmos en orgasmo y el soldado esperaba pacientemente a que me recompusiese para volver a empezar ya sin esperar mi aprobación.
Acabé destrozada, una sirvienta me bajo un vestido nuevo el cual me cambie ante la mirada de todos los inquilinos de las mazmorras que no ...