1. Sumisión ante mi pueblo


    Fecha: 26/06/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    A la muerte de mi padre herede el trono de mi reino. No tenía más que 21 años, pero la falta de hermanos me dejaba la corona y la responsabilidad de dirigir mi reino desde ese mismo momento.
    
    Evidentemente voces discordantes por parte de ciertos nobles pusieron en entredicho la legitimidad de mi padre como la mía propia para reinar. Al principio intenté hacer oídos sordos a las criticas, después traté de negociar con ellos y posteriormente decidí junto a algunos de los antiguos asesores de mi padre que aquello había ido demasiado lejos.
    
    Organice una fiesta en mi castillo donde invité a la totalidad de los nobles del reino, tanto a los favorables a mi causa como a los revoltosos.
    
    Los nobles fueron recibidos con todo tipo de agasajos según iban llegando, cuando la totalidad se encontraban en el castillo, bueno la totalidad no, pues tres de los que más se enfrentaban a mi nombramiento excusaron su presencia, se les hizo pasar a una grada desde el que todos juntos pudimos ver una exhibición de lucha, un torneo y un exhibición de corte de troncos por parte de los labriegos. Toda la fiesta fue regada con cantidad ingente de vino.
    
    El vino siguió corriendo cuando ya durante la cena todos devoraban los manjares ofrecidos, todos bebieron en abundancia salvo yo y mis más leales colaboradores.
    
    Cuando el mayordomo anunció los postres por cada puerta de inmenso comedor aparecieron soldados leales a mi que tras ejecutar a las guardias de los nobles díscolos procedieron a su ...
    ... captura. Los infelices no podían dar crédito y cuando se dieron cuenta estaba encadenados en las húmedas mazmorras de mi castillo.
    
    Mis colaboradores me sugirieron matarlos a cuchillo y acabar rápido con el problema, pero decidí que no, que serian torturados en publico para que los pocos apoyos que pudieran tener en mi reino se desvaneciesen como azucarillo en agua.
    
    Personalmente nunca había asistido a una tortura, y menos masiva. De nuevo mis consejeros me desaconsejaron ir , pero yo insistí en presidir los eventos.
    
    La verdad se me hizo larga las jornadas en las que uno tras otro, los antiguos nobles díscolos iban saliendo al patio de armas donde el verdugo les esperaba.
    
    Al principio me dio un poco de repelús. Evidentemente el verdugo no se andaba con chiquitas y les hacía sufrir de los lindo mientras les iba llegando la muerte. Todo cambio cuando salió al patio Doña Emma, condesa de la Rivera y una de las que más lucho en contra de mi causa. Emma salió al patio altiva. Conocía su final y se enfrentaba a él con una mirada desafiante. Me miraba con asco.
    
    - que se recree con ella – le dije a mi ayudante de la derecha, este le dijo algo al oído a uno de sus asistentes y este corrió hacía el verdugo, el cual me miró y hizo una mueca parecida a una sonrisa.
    
    El verdugo arrancó la ropa a la condesa que con sus manos encadenadas intentó tapar su desnudez. Le valió de poco por que fue conducida por lo pelos hacía una estaca donde fue atada. El verdugo tiro sin ningún ...
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