1. La elección de Sandra


    Fecha: 22/06/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Había sido demasiado fácil dejar toda su vida atrás.
    
    Demasiado fácil.
    
    Ahora se encontraba en una jaula, acompañada de un completo desconocido, su amo.
    
    Todavía era una palabra que la producía vértigo y cierto miedo.
    
    Literalmente, el hombre que la acompañaba podía hacer con ella lo que le diera la gana.
    
    Eso era lo que había aceptado.
    
    Eso era lo que ya le habían hecho.
    
    Había empezado como un juego, con un usuario anónimo en una página de contactos de sado en la que entró por pura curiosidad y con un contacto anónimo.
    
    Pero lo que había comenzado como un juego se había poco a poco convertido en algo más.
    
    No fueron necesarios muchos contactos para que empezará a sentir una extraña mezcla entre repulsión y fascinación por él.
    
    Era duro y muy cruel.
    
    Le había herido en lo más profundo más de una vez, pero de una u otra forma siempre volvía a él.
    
    Y comenzó a ceder a los deseos del hombre.
    
    Lo primero que hizo para él fue algo muy simple, una foto suya desnuda.
    
    Recordaba ese momento.
    
    Ella había intentó que fuera en ropa interior. Ya le parecía una locura mandar una foto suya vestida solo con unas bragas y un sujetador, pero el hombre insistió.
    
    O mejor dicho, no insistió.
    
    Simplemente, la dejó de hablar.
    
    Fue unos pocos días después cuando en la oscuridad de la noche y encerrada en su habitación, se hizo la foto.
    
    Y la mandó.
    
    Lo más duro que había hecho en toda su vida.
    
    También lo más excitante.
    
    No recibió contestación alguna ...
    ... hasta un par de días después.
    
    Quería un vídeo, un directo, en ese preciso momento.
    
    Comenzó a quitarse la ropa...
    
    Sentirse obeservada a través de la cámara por un completo desconocido la excitó.
    
    No sabía que hacer con sus brazos ni con sus manos, pero intuía que no debía taparse, que debía mostrar su pecho y su coño sin obstáculos.
    
    Así que llevó sus manos a la espalda y se agarró fuertemente las muñecas.
    
    Y esperó.
    
    No sabía qué estaba esperando.
    
    Pero esperó.
    
    Sólo la llegó una única orden: te quiero de rodillas.
    
    Y obedeció.
    
    Flexionó una rodilla y luego otra para colocarse en una posición de castigo y sumisión para no ocultar nada de su cuerpo, cargando todo su peso sobre sus articulaciones.
    
    No podía mirar a la cámara.
    
    Sabía en su interior que se estaba comportando como lo que detestaba, como una de esas esclavas con amo capaces de hacer lo que sea.
    
    La mantuvó ahí un rato, como muestra de su poder.
    
    Y ella lo aguntó como pudo.
    
    Cuando oyó abrirse la puerta principal, entró en pánico.
    
    Deseaba moverse, y al mismo tiempo, no podía.
    
    Su madre llamó a la puerta.
    
    -¿Estás ahí, Sandra?
    
    Ella no contestó.
    
    -Está bien, te prepararé la cena y ya te la comerás cuando quierás.
    
    “Comerás aquí, en el suelo y sin usar las manos, como la perra que eres”
    
    Sandra salió desnuda de su habitación porque su amo no la permitió vestirse. Cogió el plato que había preparado su madre para ella y volvió corriendo arriba.
    
    Colocó el plato en el ...
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