1. Filomena a mi pesar


    Fecha: 25/05/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Thotem, Fuente: CuentoRelatos

    ... pisarme la tía, viejo”.
    
    Me fui, al caminar hacía el hotel, al cruzar el paso de cebra vi como Filomena estaba en el coche con el iracundo personaje que me había tratado de vejestorio. Esa misma noche solicité los servicios de una profesional -25 años, negra, su tarifa 80 euros- y saqué todo lo que llevaba dentro acumulado.
    
    A la mañana siguiente si fue la vencida, mi Filomena se mostró simpática y muy deferente, le dije si al terminar su trabajo quería venir a cenar. Acepto, incluso me puso el doble de Kétchup en la hamburguesa especial. Y sí, esa misma noche ya tuve el honor de follar con ella, fue receptiva y diligente y no solo esa noche, todas las siguientes hasta el fin de mis vacaciones. Se me entregó con todo.
    
    No lo dude y al final le propuse que se viniera conmigo a la ciudad. Quedó encantada, le gustaba mucho el cine, donde hay tiros, sangre, acción; se desvivía por las revistas del corazón, los realitys show de la televisión, conocía todos los personajes, sus vidas.
    
    Volviendo donde hemos empezado esa noche la llevé a cenar –langosta- y cuando bebíamos una copa de vino desnudé mi alma:
    
    —Muchas gracias por este año que llevamos juntos, no pensé que aguantaras, te doy las gracias de corazón.
    
    —Yo te quiero mucho y sabes que hago lo que sea por ti —dijo ella.
    
    Yo nunca le había reprochado esos escarceos en las vacaciones, ni siquiera las había nombrado, a veces ella rememoraba sus juergas y salidas, sin nombrar sus amantes ocasionales.
    
    —En vista de ...
    ... ese aniversario quiero que te des un pequeño homenaje — dije yo.
    
    —Ya veo que esas conversaciones que a vecesss tenemos te han puesto berraco —contesto ella, y no eran ni más ni menos que juegos sexuales con otros, jóvenes, juergueros… no sabía que quisieras eso.
    
    —Filomena, ya no somos niños, y sí, quiero eso —contesté.
    
    —¿Cómo qué?
    
    —La verdad es que quiero verte tumbada y gozada por otro, ya sea un chulo, un macarra o el mecánico del vecindario, tenía pensado hacer una escapada al pueblo costero a unos kilómetros de aquí. Te lo mereces, darte ese pequeño homenaje, sé que tú también lo deseas.
    
    —Si lo quieres así, así será… —contesto ella.
    
    A la noche siguiente ya en un apartamento desnuda ante el espejo ella se estaba acicalando, sus pechos con sus aureolas oscuras aún con pequeño deterioro de caída se mantenían turgentes -quizá porque nunca había sido madre-, su culo ovalado conservaba también armonía siendo prieto, su coño depilado la complementaba muy bien. Se pintó los labios, se perfilo las cejas, había ido a la peluquería y lucía su media melena morena como una leona. Yo esperaba ansioso fumando en el cuarto con una cuando ella salió del baño y empezó a vestirse. Empezó por ponerse las medias negras en sus piernas desenrollándolas hasta llegar a sus enérgicos muslos. Buco ropa interior, dudaba.
    
    —Eres una mujer muy aguerrida, he disfrutado mucho contigo este año, pensaba te cansarías de mi, nosotros solos, no te has aburrido, o eso creo, vamos.
    
    —Para ...
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