De esposa a mitress
Fecha: 07/05/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos
... comencé a hablar con la voz más clara y firme que pude:
"Está tributando por una experiencia, doma y educación como sumiso y tributas por el tiempo que te voy a dedicar.
No me pagas, no me estás comprando. Yo no estoy en venta y aquí la que manda soy yo.
Si tienes esto claro y sabes tu sitio y que mi tiempo se debe tributar, puedes hacer tu reserva, estaré encantada de someterte, educarte y humillarte para mi placer, mi placer no el tuyo, el tuyo a nadie le importa, si aún no sabes diferenciar entre prostitución y dominación, no sigas leyendo, ni se te ocurra molestarme."
En esta ocasión omití una coma sin darme cuenta no dijo nada, pero al terminar de recitar todo el texto me felicito, quito el dispositivo de mi cuerpo y comenzó a masturbar mi falo. Fue hasta el punto de sentir que me corría ella sintió la dureza de mi falo.
—Oh!!! mi perrito ya quiere descargar.
¿Quieres correrte verdad?
—Sí quiero señora
—Súplica por ello!
—Por favor señora deseo correrme
Por favor!!!
Por favor!!!
Y justo cuando iba a explotar me sonrió mientras apretaba de tal modo la base de mi verga que sentí que la rompería, al final lo soltó permitiéndome eyacular, pero fue una eyaculación sin fuerza, el semen solo resbaló sobre el tronco sin ninguna sensación de satisfacción eso fue peor que haber estado encerrado.
Lo último fue recolectar el blanquecino líquido y guardarlo en un recipiente para hielo.
—Este será para una ocasión especial.
Las comas son ...
... muy importantes perro, la próxima vez espero que lo recuerdes.
También en la vida cotidiana me volví más dócil a sus deseos y trataba de anticiparme a ellos, lavar los trastes se volvió en una costumbre después de cada comida, saliendo del trabajo iba a casa y ayudaba con los quehaceres.
Doblar la ropa y organizar su closet era otra de mis obligaciones.
Me encargaba de lavar y organizar sus bragas, limpiar y ordenar sus zapatos, encontré muy satisfactorio Chupar y lamer sus pies mientras la follaba con el maldito arnés.
Entramos al gimnasio ella me quería en forma así que contratamos un entrenador personal para ambos ella lo eligió y coqueteaba con él mientras realizábamos las rutinas.
Los primeros días al ir a trabajar tenía miedo de que alguien notará el aparato oculto debajo de mi ropa, o que escuchara el tintineo del candado al caminar pero con el paso de los días eso desapareció.
En la empresa era el hombre que tomaba las decisiones y tenía la última palabra pero debajo del pantalón tenía el recordatorio que en realidad la que tenía el poder era mi mujer.
Pasaron los días y el masaje de próstata era la única manera de vaciarme y obtener placer. No lo conseguimos a la primera Moni leyó y se informó de cómo hacer la ordeña de esa manera hasta que lo logró, fue una sensación distinta una explosión placentera que no había experimentado. Ese día estaba Moni tan caliente que descargue las pilas de dos juguetes en ella.
Siempre guardaba mi semen en un ...