1. Mi historia con Paloma


    Fecha: 02/05/2022, Categorías: Lesbianas Autor: womanpenelope, Fuente: CuentoRelatos

    ... me daba besos en la sien mientras repetía mi nombre...
    
    — Eva, Eva, Evaaa
    
    Puse la mano sobre el sexo de Paloma, apenas cubierto por las bragas, y lo encontré empapado. Me acordé entonces de la negativa y la oposición que había encontrado hacía unas semanas, y decidí vengarme.
    
    Agarré las bragas por la parte trasera del cuerpo de Paloma, y tiré de ella con fuerza. Sentí como se agitaba su cuerpo y se abrían sus piernas, buscando seguro un poco de sosiego para su almejita.
    
    Comencé entonces a besarle entre los muslos, mientras ella acariciaba tiernamente mi cabeza. Tiré de sus piernas hacia arriba para que se tumbara sobre la cama, y deposité sus piernas sobre mis hombros. Comencé a bajarle las bragas. Las bragas se enrollaban sobre sí mismo al discurrir a lo largo de su muslo.
    
    Se las terminé de bajar, pero se la dejé enganchadas en las pantorrillas. Paloma sólo conservaba en su sitio los zapatos de mamá, y yo tenía puestas mis bragas y los zapatones de papá. Me empeñé en meter la cabeza entre las piernas, que se me abrían sumisas. Allí estaba el tesoro con el que había estado soñando. Pude ver más abajo otro agujero con el que nunca había ni soñado en poseer y que ahora era mío.
    
    Comencé de nuevo a besarle los muslos, mientras mi mano se le acercaba lentamente, hasta llegar a su tesorito. Por otra parte, yo mismo comencé a acariciar mi sexo, metiendo mi mano por debajo de mis bragas. Separé los labios que tapaban su clítoris, y acerqué ambos dedos por cada lado ...
    ... de su botoncito. Cuando estaba así, mi boca se abalanzó sobre él, lamiéndolo con la lengua violentamente.
    
    Paloma se retorcía de placer y podía sentir en la palma de mi mano como su almejita soltaba el líquido viscoso con sabor a mar y a miel.
    
    Me recordaba a un osito goloso que le roba la miel a las abejas. Las convulsiones de Paloma eran cada vez más violentas. Empezó a soltar unos alaridos casi exagerados. Tuve miedo de que nos escucharan en toda la casa, pero ya no me podía detener.
    
    Para terminar de follarme a mi hermana, así, tal como estaba la mano, con la palma vuelta hacia su sexo, comencé a introducir lentamente el dedo pulgar. Mi hermana reventó de placer al sentir el dedo pulgar introducirse en su húmeda almejita. Yo seguí moviéndolo esperando prolongarle el orgasmo hasta el fin de sus días, o al menos hasta que me viniera a mí, como así sucedió al poco tiempo. Entonces perdí los papeles y me limité a restregar mi cara contra su sexo y su monte de venus mientras repetía el nombre de mi hermana.
    
    Nos quedamos así un rato, hasta que decidimos ducharnos. Nos duchamos juntas, por supuesto. Le enjaboné de nuevo, mientras ella aguantaba la lluvia bajo su cabeza pacientemente. Había conquistado un agujero de mi hermana, pero aún me quedaba por conquistar el otro. Metí la esponja entre las nalgas de Paloma, mientras nos miramos con mirada cómplice. Le di fuerte entre las nalgas.
    
    Mi hermana estaba prácticamente abrazada a mí, y nos besábamos de vez en cuando. ...