Mi historia con Paloma
Fecha: 02/05/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: womanpenelope, Fuente: CuentoRelatos
... como vestía para esa ocasión, por eso, tras tomarnos los montaditos, le dije que íbamos a bailar, pero que era necesario que cambiara de aspecto.
La llevé de la mano a su dormitorio y le saqué del armario una ropa que mi hermana no se ponía desde hacía diez años. Eran faldas que le quedaban mucho más cortas y suéter que le quedaban súper ceñidos. Después, mientras ella comenzaba a cambiarse, fui al cuarto de mamá y le saqué unos zapatos de verano, de esos que son tres o cuatro tiras cruzadas, con un tacón muy alto.
Al volver a su cuarto, pude verla en ropa interior. Le ordené que se quitara el sostén, ya que no lo necesitaba con el suéter. Luego fui a buscar unas bragas mías, y le ordené que se las pusiera. No quería violentarla, así que salí de la habitación, pero sólo al comprobar que comenzaba a cambiarse las bragas. Yo también me cambié. Me puse una camisa blanca de papá, que me estaba anchísima y unos pantalones del traje, que me estaban igual. El conjunto remataba con unos zapatones. Cuando llegué, Paloma comenzó a reírse al ver mi aspecto estrafalario. Luego me dijo, de broma...
— No le da vergüenza, hacer esperar a una dama.
Puse un disco de Carlos Gardel y nos pusimos a bailar tangos. Imagínense. Ella con esos zapatos de tacón y la falda cortísima. Yo con aquella ropa anchísima. Aquello me sirvió para que con el meneo, Paloma estuviera todavía más mareada, y de paso, para que le perdiera el miedo a mi contacto.
Tras los tangos pusimos un disco muy ...
... romántico, de Roberto Carlos, que sabía que le encantaba. Comenzamos a bailar agarradas, con los zapatos de mamá, ella estaba muy alta. Comencé a hablarle...
— Querida mía. Creo que la adoro. No puedo vivir sin usted. Ella se reía. Su risa me exasperaba. Me ponía nerviosa.
– ¿Qué le ocurre? Se ríe de un caballero- Mi cara se acercaba a la suya. De pronto, una de las manos que caballerosamente conservaba en la cintura la agarró de la nuca y acercó la boca suya contra la mía.
– Eso ha estado muy mal, muy mal.- Me dijo tras el primer beso. Pero no opuso ninguna resistencia al segundo beso. Esta vez fue ella la que llevó la voz cantante, introduciendo su lengua en mi boca. Yo quise morderla con mis labios pero se escurrió.
Como antes me había comido los montaditos, ahora empezaba a disfrutar el trabajo del día anterior. Mis manos comenzaron a subirle la falda y a acariciarle el trasero, En efecto, mis bragas le estaban minúsculas a Paloma. Sentí el frío de sus nalgas, que se calentaban rápidamente en mis manos. Tiré de ellas hacia lados opuestos y sentí como las bragas se le iban metiendo entre los cachetes. Ella con sus manos se limitaba a agarrarse por detrás de mí.
El suéter señalaba los pezones de Paloma, ahora mejor que nunca. Nuestras bocas no paraban de pelear entre sí, intentando conquistar cada una el territorio de la otra.
La boca de Paloma me sabía a miel. Era un caramelo que tenía que deshacer en mi propia boca. Metí una pierna entre las suyas y se la ...