1. El grupo de formación


    Fecha: 13/02/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero estaba tan compenetrada con el grupo al que se había integrado, que solamente pensaba en cumplir las consignas. Fue entonces, que me contó que Sara le había pedido que buscara otra aspirante, alguien nueva, lo que más que un pedido era una orden. Lo había hecho diciéndole o sugiriéndole mi nombre y el de Claudia. Luego Raquel se detuvo en explicaciones:
    
    No quiero llevarte a vos, quiero llevarla a Claudia, me dijo; te diré por qué. Así me lo propuse cuando volví a la Casa por primera vez, después de mi iniciación; ese día, apenas entré, recibí un violentísimo castigo por haber sido indiscreta. No sé cuántos fustazos me dieron, pero te aseguro que quedé maltrecha y lo más grave, lo que me dio la impresión de mayor importancia, es que ese día no me uso ningún señor, solamente hubo latigazos para mi y nada de sexo. Pero ¿Qué había hecho o dicho? Había hablado contigo, pero por lo que fui oyendo, me di cuenta que no habías sido quien había hablado ¿Quién entonces? No lo vas a creer, había sido Juan, nuestro amigo, el marido de Claudia, el tierno padre que vive jugando inocentemente con sus hijos, el padre ejemplar y marido modelo, el católico militante; él es miembro activo de esa hermandad, él fue el que dijo, que ese día, cuando salí de la Casa y me topé con él en la reunión, lo reconocí y le hice indiscretas sugerencias. Nada más falso, porque me lo pasé contándote mi experiencia, pero se me hizo la luz. De pronto vi todo claro y até cabos, mi más cruel violador, el ...
    ... joven que me rompió el culo dolorosamente, el que no se privó de usarme brutalmente, sin atisbo de cordialidad o afecto y se cansó de darme con la fusta, por el solo placer de castigarme, era Juan. Ahora lo reconocía, y lo padecía más, cuando prendido a mi espalda me la daba por atrás, tirando de mi cola de caballo, sin poder decirle una palabra ni dejar traslucir que lo reconocía, bloqueada por mi voto de silencio y obediencia.
    
    El último día de mi iniciación me culeó tres veces, antes de dejarme salir, por eso decía en la reunión que estaba cansado y por eso se fueron temprano; estaba cansado de tanto culearme. El desgraciado me acusó de haberle hecho sugerencias por haberlo reconocido, y allí en la Casa no hay discusión, en caso de duda, sanción. Cuando recibí mi castigo tomé la decisión de cobrarme revancha: yo iba a aportar su casta mujercita, para que la emputecieran como a mi, con la esperanza de que la agarre un cruel amante, como él había sido y lo era, y pasara por mis mismas experiencias.
    
    Él la quiere, y sé que no le gustaría saberla abierta a quien la quiera usar, sin protestas ni negativas. No era una tarea fácil, porque estaba atento, y si me veía conversando con ella, podía sospechar que yo la quería traer al rebaño, y reaccionar, pero era una decisión tomada. Lo encuentro en misa y en nuestras reuniones, y me ha tocado ir a comulgar con él a mi lado, pero por mucho que lo trate, jamás he dejado traslucir mi condición, ni que se que es él mi cruel culeador; ...
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