1. Secreto entre amigas: no hay vuelta atrás


    Fecha: 27/01/2022, Categorías: Lesbianas Autor: DAMECANDELA, Fuente: CuentoRelatos

    ... mi ano con un dedo, lo estimuló lentamente, hasta que lo metió con delicadeza en mi interior. Yo sentía que veía las estrellas de placer, cada vez más. Luego de moverlo un rato comenzó a meter el segundo dedo, a penetrarme con ellos, a meterlos y sacarlos.
    
    - Vienes bien? - me dijo
    
    - Mejor imposible - dije con la respiración entrecortada
    
    Me abrió bastante el culo con sus dedos, hasta que agarró el dildo negro que había dejado sobre la cama y me lo metió muy despacio en su lugar. Yo gemía sonoramente, ya no me importaba mucho si me oían, aunque todavía tapaba mi boca con la almohada. Ella comenzó a penetrarme cada vez con más velocidad, y yo realmente me sentía en el cielo.
    
    - Por favor no pares
    
    Maira seguía, y encendiendo el vibrador comenzó a estimular mi clítoris, metiéndolo luego en mi vagina. Mi amiga me estaba haciendo doble penetración con una destreza que nunca hubiera imaginado.
    
    - Ahhh, Dios, sí, sigue. No pares. Me voy a venir como nunca.
    
    - Quiero ver cómo te vienes - dijo y siguió penetrándome por ambos agujeros, ...
    ... con los movimientos exactos que mi cuerpo precisaba
    
    De repente sentí que el placer aumentaba y aumentaba, y sentí el orgasmo venir, con más intensidad que antes, como un tsunami sobre mi cuerpo.
    
    - Me vengo, Maira - dije casi en un grito
    
    Finalmente tuve uno de los mejores orgasmos de mi vida (por no decir el mejor). Dejé un charco de líquido en la cama de mi amiga. No podía entender cómo me había perdido de eso tanto tiempo.
    
    Caí rendida, con los brazos en alto todavía ya que estaban inmovilizados con las esposas. Ella se acostó encima de mí y con su cara en mi cuello me susurró:
    
    - Creo que no hay vuelta atrás, Celes. Ya no me imagino nuestra amistad sin orgasmos. - y luego me dio un beso en el cuello
    
    No respondí y unos instantes después Maira me desató. Nos besamos, sabiendo que esa noche se repetiría muy frecuentemente sin que nadie se enterara. Sería nuestro gran secreto. Nos pusimos un pijama y dormimos bien pegadas.
    
    No hace falta contar lo que hicimos cuando nos despertamos, ya sobrias y sin alcohol en sangre al que culpar. 
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