Mi amiga Feli me llevó hasta él
Fecha: 22/03/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... ver eso me hacía sufrir más y tuve que decirles que ya estaba todo pasado.
Llegó el día 1 de noviembre, a las 10 de la mañana me presenté en casa de Feli. Ella estaba ya en su silla y muy bien vestida. Le dije que la encontraba pálida y me dijo que Antonia se olvidó de ponerle algo de polvo en la cara. Lo busqué en su armario del baño y con mucho cuidado y siguiendo sus instrucciones la arreglé a mi gusto, incluso me puse un poco de polvo en mi cara y Feli se reía de gusto.
Salimos a la calle, los conocidos nos saludaban y entretenían y tuvimos que darnos prisa para llegar puntuales a la misa. Ella estaba en el pasillo con la silla de ruedas y yo en la esquina del banco a su lado. La misa fue entretenida con cantos de un grupo gospel, aunque no entendí mucho. Después de misa vino el cura a donde estábamos y saludó a Feli, alegrándose mucho por verla, según decía:
— Y ¿quién es ese chico tan guapo que te acompaña?
— Es un amigo que es vecino de mi casa.
— Ah, mira que bien, ¿pero será tu novio?, —dijo el cura con cierta sorna.
— Ah, no, si usted supiera…
— ¿Qué tengo que saber, Felisita?
— No, nada, no es nada…
— Dime, dime; vale, dime eso que…
— Señor, no insista, ella no quiere decirle nada, soy yo quien le voy a decir que no soy su novio porque soy gay, ella es mi amiga…, —así le dije al cura.
Ni se inmutó. Más bien me miró con agrado y una bobalicona sonrisa y acabó diciendo:
— Bueno, bueno, a ver Felisa si nos vemos más, ahora que ...
... tienes un amigo que te acompaña.
Salimos de la Iglesia, como hacía sol, aunque no calentaba mucho, nos fuimos a una terraza en la plaza a tomar algo y me puse las gafas de sol.
— No te has dado cuenta, pero todos te miran —dijo Feli muy contenta— y es que eres guapo de verdad y con el buen color de cara que tienes…
— No me pongas nervioso, Feli, que voy a enloquecer, a veces quisiera ser feo para pasar desapercibido…
— Pero es que te sabes vestir, con ese jean tan ajustado se te marcan las rodillas, perfectamente los gemelos de las piernas y tus glúteos al moverse, a ver quién no te mira.
— Eres atrevida, Feli…
— Eres mi amigo y me hace feliz que les gustes a los demás y que me tengan envidia; ¿sabes lo que significa una chica paralítica con un chico como tú?
Nos reíamos de estas tonterías que comentábamos, hasta que la fui a llevar a casa. Ese día le preparé la mesa y la acompañé mientras comía, luego retiré todo y puse todo en el lavavajillas. La besé y me despedí, me fui a casa a comer.
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Durante unos diez días mis relaciones con mi madre no iban bien, yo la rehuía y ella no daba su brazo a torcer, dejé de tocar el violín en casa y me iba a la academia, para que en casa no me oyeran mis ensayos.
Regresando de la academia, me encontré la iglesia de san Lorenzo abierta, siempre debía estar abierta a esas horas, pero no caía en la cuenta, desde que acompañé a Feli me percaté de la puerta abierta y gente que entraba y salía. Entré, me pareció ...