Mi amiga Feli me llevó hasta él
Fecha: 22/03/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... años.
— Tengo ahí una caja de chocolates que me ha traído una visita, yo no puedo comer chocolate y te la guardo para ti, me dijo señalando donde estaban.
Fui a ver y era una enorme caja de bombones. Le dije que esperara, me fui a casa, traje mi violín y le interpreté «Violin Concerto in A minor, RV 356», solo la primera parte que es más alegre, porque luego hay un momento que parece más triste y no quería que se entristeciera. Me aplaudió y me dijo:
— ¡Qué bueno eres! Te voy a aceptar tu oferta, el día 1 de noviembre quisiera oír misa por mis padres, a las 11 en san Lorenzo, Antonia ha ido a encargar la misa. Si puedes…
— Claro que puedo, y si no pudiera haría por poder, eso es dentro de tres días, pero ponte muy guapa, dile a Antonia que te vista bien…
— Y tú, que sí que eres guapo de verdad, ¿cómo te vestirás?
— Voy a ponerme unos jeans nuevos que me compré ayer, sin rotos que sé que no te gustan los rotos, pero muy skinny, ya sabes y una sudadera verde de Armani, estrenaré zapatillas…
— Me gustaría que llevaras zapatos, ¿y debajo de la sudadera nada?
— Entonces llevaré zapatos marrones y una camiseta amarilla debajo de la sudadera.
— Ah, y gafas de sol, aunque no las uses, que te quedan muy bien.
— Y para mi chica, me pondré gafas de sol aunque no las use, que me quedan muy bien.
— Pero yo no soy tu chica…
— ¿No?, ¿Por qué?
— Porque tú eres gay, yo soy tu amiga…
— Para mí eres mi chica y quiero presumirte igual que tú quieres ...
... presumirme, a que sí.
— ¡Eres un sol, Javi, eres un sol!
— Y tú eres mi cielo.
Así era todos los días, un rato de charla agradable, alabanzas mutuas y como mi madre la visitaba de vez en cuando, Feli —así la llamaba yo— le contaba cosas de mí. Un día mi madre ante mi padre y hermanos dijo:
— Me parece bien que visites a Felisa, que le ayudes y le hagas gracias para que se ponga feliz, hasta tocas para ella sola el violín, pero a tu madre nada de nada…
Todos me miraban y yo me quedé tieso de vergüenza. Mis hermanos comenzaron a meterse conmigo medio en serio medio en broma, pero me sentí fatal. Fui a mi habitación y lloré. Entró mi padre, que me adora, y me dijo que se trataba de una broma, que no lo tomara en serio, pero por más que quería calmarme, yo me ponía peor. La verdad es que no me gustó para nada la queja de mi madre porque siempre hacía lo que ella me pedía, mientras que mis hermanos —éramos tres hermanos— estaban con sus chicas y hacían menos caso a mi madre. Se lo razonaba con amargura a mi padre. Me entendía perfectamente, porque sabía que lo de mi madre conmigo no era porque no le hacía caso, sino porque sentía vergüenza de tener un hijo gay.
Yo le había dicho a mi padre que en cuanto pudiera, me haría concertista y me iría de casa para dejarla tranquila. Mi padre había hablado después con mi madre y ella vino a disculparse, la escuché, pero le dije que me dejara solo. Salió de mi habitación. Todo esto pasó, porque todos estuvieron acongojados y ...