El enfermero y el policía - Relatos Eróticos

El enfermero y el policía

... momento, agarré sus testículos y los jalé hacia abajo para desconcentrarlo retardar la inminente eyaculación, pero fue inevitable, empezó a convulsionar, quiso quitarme para eyacular afuera.
- Mae no aguanto me riego.
-Dele sin miedo, quiero su leche hasta adentro.
- Ayyy, ayyy, gritaba, mientras el primer chinguetazo, cruzaba mis glándulas.
Casi me vomito, no era tan experto en tragar como creía y ese mae parecía vaca lechera.
- Mae perdón, no me pude aguantar, me decía apenado.
- Tranquilo mae, que así es que es rico,  primero me tiene que llenar la boca, si me la quiere meter.
-Mae, quien es usted y que hizo con el enfermero que yo conozco.  Me decía mientras dejaba que limpiara todo miembro, recogiendo cada mancha de semen, hasta dejarlo limpio y sorprendentemente en pie de guerra.
- Tranquilo mae, hágale caso al guaro y déjese llevar.  Le decía yo.
Me levanté y me fuí bañar, al entrar me doy cuenta que viene detrás de mi, al prender la luz veo su rostro, su cuerpo desnudo completo, aquella picha grandota, aún en estado erecto, me dije a mi mismo, mae se acaba de coger al mae más guapo del pueblo y de quien sabe cuántos  pueblos más, ya se puede morir tranquilo.
Llegó por detrás y me abrazó, sentí su erección entre mis nalgas, me sorprendió que no había remordimiento, como suele suceder con los "machos" a los que estaba acostumbrado, que se disculpan y le echan la culpa al guaro, o simplemente no te vuelven a hablar nunca, me sentí tan emocionado que se lo ...

... dije.
-Mae yo pensé que se iba a arrepentir y por lo que siento en el culo, no.
-Mae, yo le dije que no sabía que me pasaba con usted, pues  ya sé que es.
- Qué es? pregunté con curiosidad.
- Mae, su alma me gusta y usted sabe que yo no soy playo ( gay, homosexual)
En ese momento no supe que responder, luego de un incómodo momento.
- Mae, dígame algo, me decía, mientras su picha buscaba alojamiento entre mis nalgas.
-Mae, tengo toda la sangre en la picha, no me llega sangre al cerebro, no puedo, o no quiero pensar ni hablar, estoy en un sueño 
Mientras  me acomodaba, facilitándole el acceso a mi poco usado culo, entendió el mensaje y empujó su miembro.
- Mae, esto no es un sueño, somos usted y yo, y nos estamos dando placer, y ahora le voy a demostrar lo que le dije que llevarlo al cielo.
Sin mucho tacto, puso saliva en la punta de su pene, yo hice lo propio con mi ano y dejó ir su picha hasta adentro.
-Mae, no sea caballo, intenté quitarme, ya que me dolió.
Pero el policía demostró su fuerza y me sujetó fuerte y me  dijo en el oído.
- Perdón, pero no me pude controlar.
Momento en el cual introducía su lengua en mi oreja, poco a poco, fui aflojando y el seguía empujando.
-Mae que rico es esta vara, deseo metérsela toda, y empezaba un bombeo rítmico.
Yo puse las manos en la pared, inclinándome un poco, grave error, se hizo para atrás y tomó impulso, haciéndome pegar un pujido, porque no pude gritar, mi voz no salía, era una mezcla entre placer y dolor. Mi mente  ...