La sirvienta que me amó (doble infidelidad) - Relatos Eróticos

La sirvienta que me amó (doble infidelidad)

... su casa.  En su trabajo era muy buena, mi esposa estaba muy contenta con ella, pues además de los quehaceres domésticos, ella también cocinaba muy bien.  A mi me regalaba unas lindas sonrisas todos los días.  Al llegar el fin de mes, mi esposa le pagó.  Entonces ella me dijo que me invitaba a cenar a su casa el sábado, pues solo trabajaba medio día y tendría tiempo de preparar algo.  Yo le dije que estaba bien que yo llevaría las bebidas.  Llegué a su casa y me di cuenta que ahora estaba todo limpio y bonito, ella tenía su toque para organizar las cosas.  Me preparó un rica cena, yo llevaba unas cervezas que bebimos ella y yo, aunque ella me dijo que se tomaba una cerveza por mi, pues ella no bebía.   Además ella se había puesto un vestido negro, con escote, sus tetitas no eran grandes, pero se veian de buena forma.  El vestido era a las rodillas, como predije, tenía lindas piernas. Yo le sugerí que nos sentaramos en un sofá viejo que había en la sala, nos fuimos, llevé otra cerveza para cada uno.  Charlamos de varias cosas, pero de nuevo salió el tema de su esposo y ella, posiblemente por efecto de la bebida, comenzó a sollozar, me dijo de nuevo que sospechaba que su marido andaba con una mujer, pues su cambio era evidente.  La abracé para consolarla.  Me dijo que yo era buena persona y que era el único que la había ayudado.

Luego para contentarla le dije -bueno, el que se lo pierde es tu marido, pues eres muy linda, con dos hijos y mira que cuerpazo te andas, ya ...

... quisieramos todos tener una mujer como tú-.  Ella se sonrojó, ahora fue ella quien me abrazó.  Me preguntó - de veras piensa don Cesar que soy bonita?-,  yo le contesté -es en serio?, claro, eres muy atractiva Luisa-
-Y le gusto a usted?- me volvió a preguntar, estando abrazada conmigo aún.  Yo sabía hacia donde iba la pregunta.  
Asi que la separé y le di un beso en la boca, ella se dejó besar, pero no correspondió.
-Qué hace don Cesar?- me dijo.
-Perdón Luisa, es que creí...- ya no terminé la oración, pues ella se me acercó y me dio un beso en los labios, yo si correspondí y nos comenzamos a besar suavemente, primero solo labios y poco a poco, su lengua y la mía se entrecruzaron.
Ella se detuvo un momento -estará bien esto?- volvió a preguntar.
Yo la jalé de nuevo para besarla y nos quedamos dándonos el beso más rico y húmedo en mis últimos meses.  Tras varios minutos jugando nuestras bocas y lenguas.  Le bajé el tirante de su vestido y luego su sostén, comencé a chuparle los senos, como dije no eran muy grandes, pero eran duritos y un pezón moreno bien paradito, los mamé rico, juagando la punta de mi lengua con sus pezones.  Ella lo gozaba mucho, gemía y cerraba sus lindos ojos negros.  Mis manos también recorrieron sus bellos muslos, eran muy duros, mi mano recorrió el camino hacia su braguita y al tocarle encima de ellos su panocha, estaba muy caliente.  Se notaba que ella tenía sus necesidades al igual que yo.

Luego fue ella quien me dijo -vamos a la cama?-,  pues el ...