Duro, fóllame duro
Fecha: 02/01/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... dedo pulgar en el culo. Leonor, estaba ardiendo.
-Si sigues me corro, prima.
-Lo sé. El ojo del culo te late como un reloj.
Le dio con las palmas ahuecadas de las manos en las nalgas, primero en una y después en la otra.
-¡Qué gusto!
Nuria se fue y al momento volvió con dos juguetes. Le dio en las nalgas con el azotador.
-¿Te gusta?
-Sí.
Dejó de darle en las nalgas y le dio en el ojete.
-¡Ay que me corro!
Le dio una pequeña descarga eléctrica en una nalga.
-Chiiiis.
Del coño de Leonor salió un reguerito de jugo.
-¡¡Cabrona!! Me vas a electrocutar!
Le dio tres descargas, una en la misma nalga de antes y dos en la otra nalga.
-¿Qué me llamaste?
-¡Cabrona, puuuuta!
Ahora ya buscara ella las descargas. Le dio una en cada nalga
-¿Ya no te vas a correr?
-No, me la cortaste, prima.
Nuria, le desató los cordeles y le dijo:
-Date la vuelta.
Leonor, se dio la vuelta. La volvió a atar. Lo primero que hizo fue comerle el coño. Leonor se volvió loca.
-Ya ha vuelto, ya ha vuelto. ¡Sigue que me corro!
Aún no iba a dejar que se corriese. Le echó aceite en las tetas, y se las masajeó con las dos manos, primera la izquierda y después la derecha. Leonor ya no paraba ...
... de gemir. Le dijo a Nuria:
-¡Bésame, prima, bésame!
-No soy lesbiana.
-¿Y qué? Hazle un favor a tu primita.
-¿Cómo se piden las cosas, viciosilla?
-Por favor, prima, bésame, por favor.
Nuria, le metió un morreo que hizo que el coño de Leonor se mojase aún más de lo que estaba.
Al acabar de masajear las tetas, se las mamó mientras masajeaba su vientre. Luego masajeó su coño por los lados, el interior de sus muslos, sus pies, dedito a dedito, volvió masajeando el interior de los muslos, y al llegar al coño, le preguntó:
-¿Quieres correrte con mis dedos, con un vibrador, con un consolador o con mi lengua?
-Con tu lengua.
Nuria, lamió desde su ojete al clítoris. Su lengua quedó empapada de jugo. Se tragó el fluido. Le metió el dedo pulgar en el ano. Puso su lengua sobre el clítoris, succionó, succionó y succionó, hasta que Leonor, retorciéndose de placer, y gimiendo como una loca, se corrió, diciendo:
-¡¡¡Me vengo!!!
El mantel de la mesa quedó para tirar.
Al acabar de correrse Leonor, desatándola, le dijo Nuria:
-¿Quieres hacerme correr tú a mí?
-Me encantará hacerlo. El día aún es muy joven.
Lo era, pero esa ya es otra historia.
Se agradecen los comentarios buenos y malos.