1. En el hotel con Laila


    Fecha: 19/11/2017, Categorías: Lesbianas Autor: Amanda747, Fuente: CuentoRelatos

    ... así se ponía como loquito. Me la puse y mi vi al espejo. De costado mis senos se mostraban la mitad y se adivinaban desnudos. Me quedé pensando si irme así o no. En eso estaba cuando mi cel comenzó a vibrar. Era un mensaje de ella que decía así: Recuerda que no quiero ni bragas ni brasier, y quiero algo sexi, provocador. Algo que me haga ponerme cachonda mientras desayunamos. No lo pensé más y me decidí a irme así. ¿Quería ver una putita? Vería una putita. Escondi mi semidesnudez con una gabardina hasta media espinilla, tomé el paraguas y me dispuse a salir.
    
    —¡Me voy a la uni mamá, bye! —grité de lejos mientras tomaba las llaves del auto. Llegué con diez minutos de retraso.
    
    Pregunté si habría alguna reservación a nombre de Laila o Amanda y dijeron que no pero el capitán me condujo a una mesa para dos al fondo del restaurante. Al pedirme mi gabardina y yo deslizármela para fuera noté que sus ojos se encendieron y se dirigieron a donde se marcaban mis pezones desnudos.
    
    —¿Sólo dos personas? —preguntó.
    
    —Sí, sólo dos —contesté.
    
    Escogí la silla que le daba la espalda al resto de los comensales, de esa manera sólo Laila notaría mi semidesnudez. Cinco minutos después llegó Laila y se sentó frente a mi. Me saludó de beso y el beso me lo plantó en mis labios.
    
    —Vaya vaya, qué tenemos aquí, una putita hecha y derecha. Estás pidiendo verga a gritos Amanda. Aunque yo te voy a dar algo mejor.
    
    La plática fluyo de varias cosas sin importancia y cuando íbamos en el café ...
    ... posterior al desayuno sentí su pie desnudo entre mis muslos intentando hacerse camino hacia mi concha. Apuntó su dedo gordo contra mi vagina y comenzó a masturbarme. Mis piernas, cubiertas por el mantel de la mesa ocultaban lo que sucedía en esa mesa. Mientras jugaba con su pie entre mis piernas empezó a desnudarme con la mirada y en voz baja me dijo:
    
    —Sácate una teta y muéstramela, quiero ver lo que me voy a comer.
    
    Muy disimuladamente voltee hacia atrás. La mayoría de los comensales conversaba sobre sus negocios y nadie al parecer nos observaba. Disimuladamente, y muy lentamente, deslice con mi mano derecha el tirante izquierdo de mi camiseta saliendo la totalidad de mi seno al exterior para ser comido por los ojos de mi amiga.
    
    —Eso se ve delicioso Amanda, tengo la concha hecha una charca. Se llevó su mano derecha a su entrepierna y la sacó mostrándome su humedad. El olor de su sexo era excitante y me hizo mojarme más.
    
    —¿Alguna vez has follado con alguna mujer? —me preguntó.
    
    —Si —contesté, —he estado con dos chicas ya.
    
    —Una auténtica zorrita.
    
    —Tengo dieciocho, tengo ya mi historia —le contesté.
    
    —Vámonos, sígueme, me muero de echarte ya la mano.
    
    Pagó y nos dirigimos a su auto, me dijo que terminando ella me traería de regreso por mi auto. Recién nos subimos al coche se me aventó encima y me plantó otro de sus besos violadores. Se lo correspondí y me dejé meter mano por ella. Mientras conducía me iba haciendo un dedo angelical, era más que obvio que ...