... de manera muy delicada. Solo pasaron unos segundos de disfrute de esas cosquillas, para que mi verga recobrará vida.A la decima chupada ya estaba casi parada, y a medida que lo seguía chupando, sentía que cada vez estaba más duro. Ella aumentó su ritmo. Treinta segundos después, o quizás un minuto, ya no tenía noción del tiempo. Lo agarró fuertemente y me pajeaba lentamente pero de manera fuerte, tironeando mi forro cada vez más. Al rato lo puso sobre su cara y entre besos, piquitos, que le daba a mi mástil dijo.- Ya esta en condiciones. Pásame el lubricante - ella aún tenía sus ojos vendados.Le obedecí, tomando el tubo de lubricante que estaba en el velador y pasándoselo en su mano izquierda.Volvió a mamar mi verga ya más lento, al tiempo en que ponía ese gel en sus manos. Luego, dejo su labor oral y prosiguió a pajearme con el gel lubricante en sus manos, con la izquierda frotaba el tronco y con la derecha la cabeza. Luego de haberlo cubierto por completo, volvió a hacerlo un par de veces más. Yo estaba fascinado con sus caricias y el control de la situación que tenía. Terminó colocando una gran cantidad sin esparcir en mi glande.Se dio vuelta colocando su gran culo blanco en pompa apoyanda en sus manos y rodillas. De nuevamente a mi vista su deliciosa raja y ese ojete divino, ansioso por ser conquistado nuevamente. Pero ahora desde otro ángulo.- Vamos lubricame el orto, mi amor - dijo tiernamente una vez en posicion.Aplique directamente desde el tubo en su ano, ella soltó ...
... un juguetón "Ay!!" Al sentir lo helado del gel. Después lo esparcí haciendo círculos con mi pulgar derecho, suavemente.- mmmmm... Que rico - fue su reacción a mi tacto - apúrate que ya quiero que me rompas.Ya con mi dedo completamente dentro me di cuenta que ya no iba a requerir tanto tiempo como la primera vez para que se adaptara. Saque mi dedo, para tomarla de las caderas con mis manos, apretando sus carnes firmemente. Ella respondió levantando más su cola y acercarla más a mi.Mi verga ansiosa se posó automáticamente en su esfínter. Para luego comenzar a entrar, apretado, sin pausa pero no forzando en demasía. La fricción exquisita, suavidad por el lubricante, me estaba llevando al paraíso carnal. Mi verga llegó casi a la mitad, y me detuve un poco. Para disfrutar de ese apretadito ano. Ella no dejó de presionar contra mi falo para no interrumpir la penetración. La tomé desde un poco más arriba con más fuerza y sin detenerme seguí taladrando la, con más impetu. Estaba claro que eso era lo que estaba pidiendo.Entre gemidos y quejidos seguí asentándome en su intestino hasta sentir que también podía avanzar más. Hasta sentir a mis testículos chocar con sus humedos y calientes labios vaginales. Un doloroso "ahh!!" Escuche a lo lejos cuando llegue a su profundidad, y una sensación de satisfacción me llenó.Me retraí unos centímetros para volver a arremeter contra ese delicioso interior. Luego hasta la mitad de mi verga y para volver con más fuerza a su fondo. Luego con lentitud, ...