... fuerte su trémula carne con mis dedos ansiosos.A media altura de sus espalda presionaba con mis pulgares a los lados de su columna desde el centro hacia los lados y volviendo. Ella se dejaba, manteniendo sus manos apoyadas en sus rodillas.Cargaba mis pulgares en su espalda y mis otros dedos en sus costillas, mientras mis manos iban desde el centro de su espalda a sus costados. Repetí ese movimiento provocando en ella gemidos y suaves quejidos, hasta que me arme de valor y pase mis manos hacia adelante para tomar sus tetas. Mis manos recorrieron los pliegues de su piel hasta llegar a abarcar sus tetas en mis manos, las tomé desde abajo dejando sus pezones entre mis índices y dedos medios. Tomándola de sus senos y la acerque hacia mí. Besé su cuello mientras magreaba sus mamas. Tocar sus boobies terminó por calentarme de sobremanera. Su piel suave y caliente, además de sentir como su blanda textura se posaba en mis manos e intentaban escaparse entre mis dedos. Hicieron que con la calentura se me taparan los oídos y se me nublarse la vista, por unos segundos.Luego de unos segundos de escarceo ella se inclinó hacia adelante. Fui soltando sus senos a medida que se alejaba, sin perder contacto con su piel.Mis manos bajaron a su zona lumbar, con mis pulgares presionando en el centro. En eso ella siguió inclinándose pero ahora levantando su culo. Su hermoso, blanco y redondo culo. Grande y caliente.Se puso en 4 patas, abriendo un poco sus piernas. Diciendo:- Mi ano, tal como me lo ...
... has pedido muchas veces, por fin me decidí. - decía eso mientras paraba su trasero - limpiecito y peladito, esperándote.No podía creerlo, mi madre había preparado toda esa sorpresa para mi padre, para probar el sexo anal. Que seguramente, después de más de 20 años de relación, y por lo tanto de sexo, querían experimentar algo distinto.- Tienes que tratarme con cariño - pasando hacia atrás un tubo de lubricante entre sus - nunca han usado mi anito.Un gran sentimiento de culpa me invadió, estaba aprovechándome de mi madre. Pero, la calentura me invadía. Me enfrentaba a un cuestionamiento moral de mi actuar.Mis manos apretaban sus carnosas nalgas.- lubrícame bien antes de metérmela...En silencio y sin saber que hacer masajeaba sus nalgas, sintiendo como mi verga dura luchaba por salir de su presión.- Toca mi vagina está que arde y esta jugosita - moviendo su culo hacia los lados como jugando.Le hice caso. Mojé mis dedos de la mano derecha y toque se vagina. Caliente y jugosa, invadida por sus fluidos de hembra en celo. La punta de mi índice fue directo al encuentro con si clítoris hinchado, y desde ahí, subí hasta la entrada de su gruta. Ella gemía como consintiendo las caricias. Repetí varias veces el movimiento, lentamente, hasta que metí mi pulgar en su vagina y con mi índice estimulaba su botón de placer.Era una oportunidad única, si la verdad nunca mire con ojos lujuriosos a mi madre, siempre me sentí atraído por su cuerpo. Por lo que, me atreví.Mientras acariciaba su mojada ...