Hermanos forzados a follar
Fecha: 18/02/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: veronica2000, Fuente: CuentoRelatos
... el americano. – Verónica, debajo de la almohada hay una botellita, tómala."
Obedecí débilmente mientras mi hermano se sentaba en el borde de la cama, pero cuando vi la etiqueta de la botellita me quedé helada: "Lubricante".
"Oh Dios." me dije en shock.
"Silencio, muchacha, -Dijo Dave. –aplícaselo en el miembro a tu hermano, y luego ponte un poco también."
Me mordí los labios con nerviosismo mientras me inclinaba en la cama junto a mi hermano, dejando caer un poco de lubricante en la punta de su miembro para entonces a masajearlo suavemente con mis dedos.
Pero algo había cambiado en Raúl, ya que ahora me miraba fijamente, lo que interpreté como una señal de que la pastilla había ganado la batalla. Confundida, sólo atiné a sonreír ligeramente mientras continuaba cumpliendo con la orden, hasta que su miembro quedó completamente cubierto del lubricante.
Entonces me puse en 4 sobre la cama y, con mucho pudor, empecé a embarrar con mis dedos el lubricante alrededor de mi ano, en ocasiones metiendo un poco en mi interior con un suave masaje circular.
Pero Raúl no paraba de mirarme, hasta que finalmente no pudo más y…
…de un salto se acomodó detrás de mí y agarró mis caderas, cosa que me arrancó un tierno quejido, y entonces comenzó a frotar lentamente la punta de su verga entre mis nalgas, torturándome un poco con la ansiedad…
Hasta que con un empujón firme, profanó mi ano.
"¡Ah!" Abrí los ojos de par en par mientras apretaba las sabanas, sintiendo ...
... como mi cuerpo comenzaba a ser invadido por algo duro, venoso y caliente, hasta que finalmente quedé empalada por completo.
Y la sensación era… brutal. Animal. Exquisita.
En medio de tiernos gemidos levanté aún más el culo y arqueé la espalda, en actitud totalmente receptiva, y Raúl, al verme perder el control así, no tuvo piedad.
Con un gesto dominante me jaló agresivamente del cabello, obligándome a ver hacia el frente (y mi reflejo en uno de los espejos), y entonces empezó a reventarme el culo con su gruesa anaconda como si su vida dependiera de eso.
"Ay, ahhh, R-Raúl, m-mas, mas." Gemí con ternura una y otra vez, mirando como hipnotizada en el espejo las caras de lujuria que Raúl ponía al montarme.
Y él estaba como posesionado, sodomizándome de la forma más animal y primitiva posible, hasta que después de darme así durante varios minutos, su cuerpo se inclinó sobre el mío y me aprisionó contra la cama, colocando sus pies sobre mis tobillos para evitar que las moviera, al mismo tiempo que colocaba su brazo posesivamente bajo mi cabeza a modo de almohada.
"¿Quieres más?" Me dijo débilmente al oído, a lo que sólo pude responder con un débil. "Ajá."
Pero Raúl no me dio mi premio inmediatamente, sino que apretó sus caderas contra mis nalgas y empezó a moverse cadenciosamente en círculos, y entonces metió sus dedos en mi boca y empecé a chuparlos como desesperada. "Ahhhh, mmmmm, R-Raúl, ahhh."
Simplemente, la sensación era deliciosa. Sentirme así, tan ...