Hermanos forzados a follar
Fecha: 18/02/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: veronica2000, Fuente: CuentoRelatos
Estacioné lentamente mi VW Jetta color rosa frente a la universidad de Raúl, mi hermano menor, todo mientras mi mamá seguía dándome instrucciones por el celular: "Verónica, ¿Entendiste bien lo que te dije? Apenas pases por tu hermano menor necesito que vayan a comprar las verduras para la cena, porque tu papá llegará como a las 7."
"Ay mamá, -Le repelé. –ya estoy en la universidad de Raúl, ¡Y no lo veo por ningún lado!"
"Espéralo un rato más."
"¡Pero mamá! –puse una mueca de disgusto. -¿Por qué tengo yo que hacer esto? Sabes que tengo casting en la Televisora a las 3, mejor hubieras enviado a mi hermano a comprar las verduras."
"¡Verónica! -Mi mamá se puso firme. –No es posible que seas tan rebelde, ¿Porque no puedes ser como Raúl? A tus 22 años sigues siendo caprichosa y egoísta, en cambio él solo tiene 18 y..."
"…Pero mamá…"
"… Todo por tu obsesión de ser modelo, ay Dios, ¿Por qué tenías que elegir esa profesión? Es que…"
"Ay mamá, ¿Sabes qué? ¡No estoy de humor para tus regaños! Recogeré a Raúl y te llevaré las malditas cosas a la casa."
"Hija, pero..."
¡Click!
"Carajo, -Me dije sin poder contener el coraje. – ¡Nada de lo que hago le parece suficiente!"
Suspiré con resignación, recordando el momento en que cumplí 18 años y les dije a mis padres que quería ser modelo. Pero ellos no lo habían tomado nada bien, ya que según ellos, tan católicos y bien portados, eso era una "profesión prohibida", un oficio digno de la Santa Inquisición. (Hago ...
... una pausa, para comentar que soy modelo en los eventos de autos, ya saben de esas chicas que están ahí junto a los autos y para lucir lindas, bueno continúo).
Aunque, siendo honesta, debía reconocer que mi personalidad tampoco me había ayudado mucho a calmarlos, ya que desde siempre había sido rebelde, vanidosa y algo diva.
Todo lo contrario a mi hermano Raúl, el cual era, simplemente, el hijo perfecto: alto, deportista, bien portado...
…y muy guapo, aunque estuviera mal que yo lo dijera.
Pero a pesar de ser tan diferentes, yo lo adoraba.
Raúl era el único que me entendía, y en más de una ocasión me había defendido de mis padres. Casi parecía que él fuera el mayor.
"En fin, -me dije para tranquilizarme. -mejor me doy una manita de gato antes del evento, que no gano nada con enojarme."
Lentamente salí del carro y me asomé en el cristal del mismo, pero al ver mi reflejo no pude evitar sonreír con coquetería.
Claro, la vanidad siempre estaba ahí para reconfortarme: Ver mi largo cabello negro meciéndose con la brisa, la forma en que mi vestidito negro se apretaba deliciosamente a mi cuerpo, y el modo en que mis largas piernas se veían aún más sexys con los zapatos de tacón alto...
"Es-pec-ta-cu-lar, -me dije con una expresión vanidosa. –voy de lujo."
Pero aún faltaba el último toque, por lo que saqué mi lápiz labial y lentamente lo pasé por mis labios, aunque de repente me sentí observada, y cuando volteé…
Ahí estaba Raúl y sus 2 mejores amigos, ...