1. Hermanos forzados a follar


    Fecha: 18/02/2020, Categorías: Confesiones Autor: veronica2000, Fuente: CuentoRelatos

    ... gris impecable y llevaba una pistola en la mano.
    
    "¿Q-que es esto?" Pregunté apenas con un suspiro.
    
    "A partir de ahora hablarán cuando yo lo indique, ¿entendido?" Dijo el tipo del saco, aunque por su voz educada y tranquila supe que era el mismo señor de hacía algunos minutos.
    
    Asentí ligeramente.
    
    "Ahora, muchacha, voltea a verme." Me ordenó.
    
    "N-no, -intenté negarme. –no, por favor."
    
    "No te lo estoy preguntando."
    
    Obedecí temerosa, aunque respiré aliviada al ver que el tipo también tenía puesto un pasamontañas negro, el cual sólo dejaba entrever sus ojos azules y unas arrugas alrededor. "¿P-porque nos… tiene aquí?"
    
    "No estás en posición de preguntar nada, aunque te diré que tu destino y el de tu hermano depende de que tan obediente seas con mis instrucciones, ¿Lo has entendido?"
    
    Asentí ligeramente.
    
    "Bien, -el tipo sujetó mi barbilla entre sus dedos. –así me gusta. ¿Cómo te llamas?"
    
    "V-veronica, señor."
    
    "Muy bien, Verónica, puedes llamarme Dave. Estás muy bonita, ¿a qué te dedicas?"
    
    "modelo, señor."
    
    "Me lo imaginé, -se rio ligeramente. –Ahora, lo primero que quiero que hagas es…"
    
    El americano me ofreció un vaso de agua y una pastilla rosa, y su ayudante hizo lo mismo con mi hermano, aunque en su caso, era una pastilla roja. "…Tómense esto."
    
    Miré con desconfianza la pastilla. "P-pero…"
    
    "Ah, yo ordeno y tu obedeces, ¿Recuerdas?"
    
    Resignada, puse la pastilla en mi lengua y con un trago de agua me la pasé. Dave me pidió que abriera ...
    ... la boca para comprobar que me la había tomado, y al ver que así había sido, dijo complacido: "Muy bien, me gusta que seas obediente."
    
    Asentí débilmente, pero en ese momento noté…
    
    …que algo estaba pasando en mi interior. El calor en la habitación parecía aumentar con cada segundo que pasaba, mi piel se estaba poniendo muy, muy sensible, y hasta el roce de mi vestido contra mi cuerpo enviaba señales de placer a mi cerebro…
    
    Dios mío, ¿Qué nos dieron?
    
    Dave se sentó muy tranquilamente en una silla junto a la puerta, a la vez que el camarógrafo se ponía en posición de grabar, y entonces nos aventó dos tarjetas a los pies, las cuales pude ver que eran nuestras propias identificaciones. "Recójanlas, muéstrenlas a la cámara y digan sus nombres y edad."
    
    Miré dubitativa hacia la cámara, y con voz baja dije: "V-veronica de la O, 22 años."
    
    Raúl hizo lo mismo: "Raúl de la O, 18 años."
    
    Dave preguntó en voz alta, claramente para el video: "¿Son hermanos?"
    
    Asentimos lentamente.
    
    "Desnúdense, por favor."
    
    "¡¿Qué?!" Protestó Raúl enérgicamente. – ¡Maldito enfermo! ¿Qué te crees pidiendo eso…?"
    
    Dave lo miró fijamente y apretó su pistola a modo de advertencia.
    
    "R-Raúl, -le dije con actitud suplicante. –obedezcámoslo, n-no tenemos de otra."
    
    "Pero Verónica, ellos…"
    
    "¡Raúl!" Le volví a rogar, pero al ver que seguía de terco decidí tomar la iniciativa: rápidamente tomé los costados de mi vestido negro y lo deslicé hacia abajo por mis piernas, y después hice lo ...
«1...345...10»