Hermanos forzados a follar
Fecha: 18/02/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: veronica2000, Fuente: CuentoRelatos
... que finalmente el tipo regresó, e inmediatamente me ordenó: " Verónica, acuéstate boca arriba en la cama."
Me levanté del piso y lentamente me acosté en la cama, apretando las sabanas con anticipación mientras mi cuerpo pedía más, y sin que nadie me lo pidiera...
…abrí ligeramente las piernas.
El americano le dijo a mi hermano: "¡Que magnifico ejemplar de hembra tienes frente a ti! Que pechos, que rostro, que piernas… y mira, está empapada por ti."
Pero Raúl sólo miraba al suelo, aunque temblando de rabia…
… ¿o deseo?
"Ahora, muchacho, hazla tuya."
Raúl, ya con su erección de nuevo a reventar, se acomodó entre mis piernas, las cuales doblé en el aire mientras con mis manos agarraba su miembro, y después colocó su cabeza junto a la mía y sostuvo su cuerpo con sus brazos, pero no se atrevió a dar la estocada final.
Hasta que yo, jadeando suavemente, guie la punta de su miembro hacia mi intimidad. Inmediatamente las caderas de Raúl comenzaron a moverse hacia adelante para penetrarme, ensanchando agresivamente mis delicados labios vaginales mientras su carne entraba centímetro a centímetro en mi cuerpo, hasta que con un firme empujón quedó completamente en mi interior.
"Ah." Gemí con ternura.
Raúl me dijo al oído: "P-perdóname, perdóname."
Apreté mis piernas contra sus caderas. "N-no, perdóname tu a mí."
Y todo comenzó.
Su cuerpo se hizo para atrás algunos centímetros, sacando la mitad de su miembro, y entonces me dio una embestida firme y ...
... poderosa.
"Ahhhh." Gemí suavemente, pasando mi lengua por mis labios.
Y la maniobra se repitió.
"Ahhhh, D-dios." Gemí nuevamente, y Raúl comenzó a montarme cada vez más rápido, hasta que alcanzó un ritmo vigoroso que estremecía la cama, aunque él se mantenía en silencio y sólo sus gruñidos junto a mi oreja me daban una indicación que estaba tan acelerado como yo.
Pero yo me estaba volviendo loca de placer, ya que cada movimiento suyo restregaba mis pechos contra su cuerpo y electrizaba mi piel, y entonces clavé mis uñas en su espalda. "M-mas, mas, ahhh, mas, mas."
"S-sí, -me dijo al oído. –mas, más te daré."
Me quedé mirando febrilmente al techo mientras que con cada acometida mis piernas temblaban en el aire, sintiendo como mi cuerpo se calentaba cada vez más, hasta que después de casi 10 minutos de castigo...
Grité y me retorcí en éxtasis debajo de mi hermano, abriendo la boca en mil poses lujuriosas y sin poder controlarme en absoluto, y justo en ese momento Raúl se apretó aún más a mí y me mordió deliciosamente el cuello, temblando con la más sexual agonía mientras su leche quedaba firmemente depositada en mi interior.
Dios, se vino adentro de mí, oh Dios.
Pero mis instintos seguían dominándome, y sólo atiné a gemir tiernamente mientras mi hermano continuaba apretando su miembro contra mi sexo, aunque acariciando suavemente mi cabello con sus dedos.
Nos quedamos así, debilitados pero juntos, durante varios minutos.
"Ahora, -nos interrumpió ...