El síndrome del oso panda (9)
Fecha: 22/06/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Vero_y_Dany, Fuente: xHamster
... m*****a por lo que hiciste....—¿La segunda quincena? No sé, tendría que consultarlo con Dany.…—Mira, así de improviso, no sé qué decirte.Después de unos segundos más de silencio, advertí que algo había cambiado: le había vuelto el color rojo subido a las mejillas, y me dirigía rápidas miradas de soslayo mientras escuchaba. Y hasta su tono se había suavizado.—No creas que me va a ser tan fácil olvidar el modo en que se ha comportado Helga.«¡Joder! Ahora hablaba con el fotógrafo»—Sinceramente, pensaba que no os vería más a ninguno de los dos.…—Sí.…—No.…—Puede que……—No, no se trata de eso. Dany y yo somos adultos, y no hay secretos entre nosotros. Pero eso es una cosa, y otra muy distinta lo que creo que me estáis proponiendo.…—Ya. ¿Me pides que crea, conociéndoos como os conozco a ambos, que estaríamos juntos una semana en plan platónico?Abrió la boca como si le faltara el aire, y balbuceó varias veces antes de conseguir responder. Roja como una cereza, me dirigió una mirada esquiva.—Por favor, Germán, no sigas……—No sé. Esto ha sido muy repentino, y……—Lo único que puedo prometer ahora mismo es que lo hablaré con Dany.…—De cualquier manera os llamaré. No lo hagas tú, porque voy a tener el teléfono apagado quince días.…—Adiós. Y dile a Helga que tendrá que compensarme…Se le pusieron las mejillas del rojo más encendido que había visto, y me dirigió una rápida mirada, apartando después los ojos.—No me refería a ese tipo de compensación —dijo en tono seco.…—Vale. Os llamaré.Y ...
... apretó el botón que ponía fin a la conversación.Se quedó mirándome intensamente un buen rato, antes de hablar.—Como imagino que habrás advertido, eran Helga y Germán. Querían invitarnos a pasar unos días con ellos a primeros de agosto en un apartamento que al parecer tienen en Almería. Y ya me has oído decir que lo único que puedo prometer es que lo hablaré contigo.Lo pensé unos segundos antes de responder.—Te conozco lo suficiente como para saber que te tienta la idea. ¿O me equivoco?Me miró de frente.—No, no te equivocas. Mira, tengo sentimientos encontrados ante ello. De una parte, quisiera cortar con ese episodio del pasado cercano; pero… Bueno, ya conoces a Helga, y él produce en mí el mismo efecto que ella en ti. Son dos a****les sexuales, y a pesar de todo, y del hecho de que Helga haya actuado de manera un tanto artera para echarte un polvo, pues… La idea me resulta excitante, no quiero mentirte. Pero no hay caso. Ellos querían que fuéramos a primeros de agosto, y…—¿Te han dicho claramente que se supone que follaremos con ellos? —la interrumpí.—Muy claramente —respondió con la vista baja.—Mmmmm, igual tendría que conocerle, a ver qué tiene que produce en ti ese efecto… —lo dije más secamente de lo que pretendía.—Olvídalo, Dany —dijo rápidamente.—A lo mejor me apetece follarme de nuevo a Helga —repliqué con una sonrisa.—¡Joder, Dany! —saltó—. Te has cabreado, lo noto, y no quisiera que esto nos separe ni por un instante.—Pues no estoy cabreado, en serio —repliqué—. Mira, es ...