Iniciándose en el shopping 2: La noche en el telo
Fecha: 27/06/2019,
Categorías:
Gays
Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... vida. Se quedaron los dos en silencio, mientras el café se enfriaba, el esfinter de Martín se dilataba, y con el confort vino su erección y vino su deseo de menear el culito. Despacito comenzó a moverse y subir y bajar su cadera para cogerse esa pija rica que lo perforaba. Enseguida los juguitos mutuos lubricaron el esfinter y su ortito se convirtió en conchita de macho. Los dos comenzaron a gemir de placer, comenzaron los abrazos, las caricias frenéticas, los besos a pesar de esa postura imposible. Lucas lo puso en cuatro en la cama y lo comenzó a taladrar con furia. La leche matinal es rápida y los dos acabaron entre gemidos y sonrisas de camaradería. -Uy que rico desayuno me diste, Luquita!, esa leche calentita, mmmm! Lucas sonrió mientras despacito le sacaba la pija del culito. Desayunaron como dos amigos de toda la vida, se fueron a bañar juntos, se jabonaron sensualmente, se provocaron y se acariciaron como si algo parecido al amor los uniera. Se vistieron y se prepararon para irse, pero Lucas ya estaba caliente de nuevo. Tomó a Martín, le bajó el pantalón y lo apoyó contra la pared. Se la metió entre las nalgas y comenzó a presionar despacito el esfínter buscando lubricarlo. Martín giró su cabeza hacia él, estaba triste, su ojos húmedos. Ya no mi amor, debemos irnos. Lucas sintió vergüenza. Perdoná, yo, bueno, yo. Martín le acarició la mejilla. Vos nada Luquitas, son locuras mías, ya ...
... entenderás. Subieron al auto en silencio y tomaron la autopista. Se iba a terminar la cosa ahí? Por qué? Lucas dudaba, esa estocada final sin pedir permiso estuvo fuera de lugar, pero. -Che Martín perdoname, se que estuve un poco bruto, pero no quería herirte. Y vos seguro pensaste que te tomo como un cacho de carne. Martín le apoyó la mano en la pierna. -Pará al costado. Lucas se detuvo sobre la banquina. Martín lo abrazó y lo besó muy suave en los labios. -Amor, estoy super feliz por la noche que pasamos. No lloré por tu intento de romperme el culito a lo bestia, lloré porque se acababa y debíamos volver a la vida normal, a ser el señor formal de todos los días. -Entonces no estás enojado conmigo? -No -Entonces si te invito a cenar a casa el viernes aceptás? -Luquita, si no me invitabas, entonces sí iba a llorar. En el viaje hasta Belgrano hablaron sin parar, se contaron infinidad de detalles de sus vidas, se dijeron docenas de cosas calientes, estuvieron a punto de meterse en otro telo, pero ganó la razón. Cuando llegaron al departamento de Martín, estacionaron en la vereda, donde el portero estaba limpiando los bronces, se besaron en el auto sin la menor vergüenza y Lucas vio alejarse a Martincito hacia el palier, el portero lo saludó amablemente y luego que pasó frente a él, le clavó los ojos en el culo largamente. Luego miró a Lucas con una sonrisa entre morbosa y envidiosa. (Continuará)