1. Iniciándose en el shopping 2: La noche en el telo


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... comenzó a besar a Martín como para devorarlo, sus lenguas se volvieron locas, entraron, jugaron, lamieron, las manos recorrieron la espalda del chico con furor, apretaron sus nalgas, franelearon sus pezones. Martín gemía como nunca había gemido, Lucas gozaba como nunca había gozado. -Dame tu leche mi amor, bien adentro, lo más adentro que puedas, embarazame Lucas, ya, ya, ya. - El ruego de Martín no se podía ignorar, además sus huevos ya estaban por estallar. Lucas lo llevó al borde de la cama y aceleró el mete y saca bien duro, bien profundo, levantó un poco al chico para que la gravedad llevara su leche hasta el fondo de su recto, y con un grito final inundó de semen a Martincito, que casi llorando, como diosa hindú,comenzó a sentir la flor de loto naciendo de su pancita. Llegó el silencio, sólo la respiración agitada de Lucas. Martín, con los ojos cerrados, sólo vivía para las increíbles sensaciones que le nacían de su pancita. Lucas, sintiéndose en paz con el mundo, descubría una rara sensación de armonía y relajación que le inundaban el pubis. Se la dejó adentro hasta que Martín abrió los ojos, lo abrazó, lo alzó del borde de la cama y lo recostó bien en el centro de la cama. Martín en seguida se puso boca abajo y levantó su cola para evitar que de su abiertísimo culito se escapara esa leche que tanto lo hacía disfrutar. Lucas se acostó también boca abajo a su lado. Estiraron las trompitas y se besaron. -Pasé el práctico profesor?- Siiii, con honores, me hiciste ...
    ... re-feliz Luquita! Los dos descansaron relajados. Lucas estaba a punto de quedarse dormido cuando Martín se incorporó, puso las rodillas al costado de su cuerpo y comenzó a masajearle los hombros. Sus manos delicadas, con movimientos lentos, recorrían músculos y aflojaban nudos, acariciaban rozando apenas la piel de Luquita que con ojos entornados y gemidos suaves disfrutaba de esa mezcla de masajes y caricias eróticas. Las manos de Martín fueron bajando, despacio, de a poco, aflojando cada vértebra, cada músculo, cada rincón de la bella espalda de Lucas. Cuando terminó la espalda, Marín naturalmente siguió por las nalgas. Lucas levantó la cabeza pero no dijo nada, pero cuando el chico comenzó a separar los cachetes y Luquitas sintió su esfínter al aire, no pudo dejar de preguntar: - Che, que hacés? - Tranquilo mi amor, relajate. - Mirá que yo no. - Uy, qué machote!, quedate tranquilo Luqui, a mí se me para cuando me la ponen solamente, soy virgen de adelante y muy feliz de serlo. Solamente cerrá los ojos, relajate y sentí, si? Lucas se quedó tranquilo. Trató de borrar los tabúes que pululaban en su novísima mente de puto asumido, y dejando en blanco en todo lo que pudo su cabecita, concentró sus sentidos en su culito. Al rato comenzó a disfrutar. Cada vez que por efecto de la separación de las nalgas, su esfínter se abría, la sensación que le venía de ahí se ponía rica. A medida que aceptaba ese nuevo placer, la sensación crecía, se expandía y, aunque le daba vergüenza hasta ...
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