Iniciándose en el shopping 2: La noche en el telo
Fecha: 27/06/2019,
Categorías:
Gays
Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... pensarlo, le hacía sentir "cosas" en la pija. Al fin se entregó, y Martín pudo sentir los aún casi imperceptibles gemidos de Lucas. Pensó "ay, que vida!, todos empiezan super machos y terminan como yo!", en el fondo sabía que Lucas nunca iba a ser pasivo como él, pero seguro que tarde o temprano se la iba comer. El culito virgen de un macho, pensaba, era como un potro sin domar, había que sacarle las cosquillas antes de montarlo. Pero, si él nunca se lo iba a coger, por qué lo hacía?, lo hacía porque entonces Martín, que siempre supo que esa tarde en el shopping su culito había sido la "primera vez" de un chico hétero, se sentía casi como el maestro que debía introducir a Lucas en todos los placeres de la homosexualidad. Las caricias se detuvieron. -Esperame, amorcito. - Martín se incorporó, fue al dispenser de juguetes eróticos y volvió a su posición sobre Lucas. Le abrió las nalgas y con las yemas de los dedos mojadas en lubricante, comenzó a acariciarle el esfínter. Lucas apretó las nalgas de inmediato. - No!, qué haces? - Mi amor, ya te dije, ni queriendo se me para, relajate y sentí. - Bue, pero no te pases. - Lucas volvió a relajar las nalgas. Martín siguió apenas rozando el esfínter con sus dedos lubricados, separaba las nalgas, recorría en círculos el asteriquito virgen, volvía a masajear y separar los duros glúteos de Lucas y sin que su machote se diera cuenta, iba poniendo algo de lubricante dentro del agujerito que ya comenzaba a percibirse. No hacía falta ...
... escuchar a Lucas, que gozaba pero por vergüenza apretaba los labios, la primer dilatación de ese anito estaba a la vista y el siguiente paso en el bautismo de Lucas iba a llegar. Martincito mojó bien en lubricante un dilatador anal de gel, pequeñito, como para un culito virgen, y se lo metió de una vez. -No, basta! - dijo Lucas incorporándose. Pero su tremenda erección decía otra cosa. No se lo sacó, pero volteó a Martincito boca abajo en la cama y sin miramientos le clavó la pija hasta el fondo. -Ay, papitooo!!!, si con un conso tan chiquito reaccionás así, te voy a meter una botella de cerveza! -Callate y gozá de mi pija Martincito, que mi culo no se usa!- respondió con voz de enojado Lucas. Pero no se sacó el dilatador. Las subidas y bajadas de la culiada hacían mover el juguetito dentro de él y multiplicaban su placer. Ya no era solamente su pija, la sensación electrica nacía de su glande, bajaba por todo su tronco, cosquilleaba en su perineo, se expandía deliciosamente en su ojetito y le proporcionaban una sensación indescriptible. Empezó a gritar, era demasiado intenso. Martín gozaba y sonreía, se imaginaba a las parejas de los cuartos contiguos dejando de coger para escuchar los gritos de Lucas y eso lo hacía feliz. El polvo, ese primer polvo de punto G masculino, llegó con un último grito largo que fue bajando en volumen hasta que Lucas cayó extenuado sobre la espalda de Martín, que por supuesto había dejado un charco de su semen sobre la cama. Cuando Lucas se despertó, el ...