43.3 ¿Placer, deber?
Fecha: 23/06/2019,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... dureza.
Pues así, sin sacarla de mi culo, pero si cambiando de postura volvió a follarme de nuevo, a dejarme su simiente en mi vientre que se mezclaba con la anterior, esta vez no le acompañé, y hubo una tercera vez después de un breve descanso, sin sacarla, solo perdió un poco de fuerza que recuperó enseguida, y volví a ver el cielo llevado de su mano, a saltar en al algodón de las nubes en un suave placer que me embargaba por completo.
Mi Ray y sus dieciocho años, y sus muchos días sin desahogarse, hicieron el milagro de que me follara tres veces seguidas sin abandonar mi culo, y la primera vez, su primer orgasmo, donde me regaló su rica crema para que no olvidara su sabor.
Solo me había corrido dos veces, él cuatro, pero lo que puedo asegurar es que disfruté lo mismo, que su placer era él mío, cuando me llenaba y veía el gozo reflejado en su cara, cuando su cuerpo dominaba el mío entregado a su ser plenamente, cuando sus dulces besos me llevaban al delirio, cuando me olvidé y mordí sus labios logrando un quejido de dolor que salió de su garganta.
Le deseé y le tuve para mí, yo me entregué en mi rol de pasivo que es el que más satisfacciones me da, pero a su vez, él actuó en el suyo como todo un poderoso macho semental que me montaba sin cansancio, sabiendo disfrutar de mi cuerpo y devolviéndome el placer.
Fuimos al baño para lavarnos y para expulsar su semen del que tenía el recto lleno. A pesar de tanto frotar su verga con mi ano no había sufrido tanto, ...
... su leche había servido de lubricante a las mil maravillas, por simple curiosidad miré lo que había echado y era una cantidad ingente de esperma.
Reí gozoso para mí al ver lo que había tenido dentro y el cansancio nos venció, al menos a mí fue así, me abrazó con mi culito apoyado sobre sus órganos viriles, ahora con pantalón de pijama y me dormí entre sus poderosos brazos.
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Cuando desperté un rico olor a té llenó mis fosas nasales, ¿o fue el olor el que me despertó? Me estiré y bostecé ruidosamente, se acercó hasta la cama, se había colocado un pantalón de chándal de los que tenía Nico allí, le estaba pequeño y apretaba sus fuertes piernas, el elástico no llegaba para cubrir los vellos de su pubis y su culo se veía altivo, redondo y suculento.
Aparté los pensamientos pecaminosos de mi cabeza, dejé de mirar su cuerpo nacido para dar satisfacción sexual a cualquier hombre o mujer y miré su rostro, centré allí mi mirada, no quería mirar más abajo.
El desayuno que me preparó estaba exquisito, o era que tenía hambre, la comida de la noche estaba aún sobre el mostrador, había quedado olvidada allí, hubo otras cosas más importantes que hacer.
Ver así a Ray, prácticamente desnudo, era una tentación muy grande, demasiado para mí porque ese pantalón le hacía verse muy sensual y erótico.
No me había dado cuenta, pero eran casi las doce de la mañana del viernes.
-Tienes que vestirte, eres una tentación. –me miró sonriendo ...