43.3 ¿Placer, deber?
Fecha: 23/06/2019,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
Resultaba inevitable responder a los besos del tierno y enorme muchacho, tan viril y deseable, tan auténtico en sus muestras de cariño, y a las caricias de sus grandes manos.
Lamía con delicadeza mis labios con su lengua rosa, me los chupaba con ansia y descendió a mi cuello, comía mi lóbulo y besaba detrás de mí oreja metiendo su lengua en ella, sus lamidas por detrás del pabellón auditivo causaban que se me erizara la piel. Solté un ahogado suspiro de gozo y eché mi cabeza a un lado para que continuara besándome allí.
-Necesito de ti, eres tan dulce, el único que me hace gozar de esta forma. –hablaba sin dejar de besarme.
-¿Y Denís?, ¿Ray que hay con Denís? –casi no podía hablar de los temblores que me producía sentir su boca en mi cuello, mordiéndolo con suavidad y abriendo mucho su boca, se le escapaba la baba dejando la huella de su saliva en mi piel.
-Hace más de un mes que no estoy con él, realmente con nadie, ¿me dejas que me quede esa noche contigo? -no lo pensé más y pasé al ataque, a besarle en su cara teniendo cuidado con las marcas de los golpes que aún tenía.
-Puedes quedarte, pero vamos a cenar lo que has traído. –en lugar de dejarme me sujetó para llevarme en sus brazos al sofá, me dejó en el suelo y abrió la cama, me senté en ella subiendo la sudadera de mi chándal por la cabeza, bajé mi pantalón tirando del elástico y quedé desnudo ante él. Ray se había quitado ya su ropa y se comenzaba a bajar el bóxer.
-No, déjame que lo haga yo. ...
... –sujeté con mis brazos las columnas de sus piernas y lo llevé hasta mi para apoyar mi mejilla en el bulto que se movía debajo de la tela.
El olor que despedía, como siempre, me embriagó, tenía una gran macha de humedad y la lamí, sentí el sabor de su precum en mi lengua y fui mordiéndole el bulto en toda su longitud, apretaba mi cabeza contra su entrepierna deseoso de llegar a más.
-Llevo más de un mes sin hacer nada, por favor mámala ya. –no quise hacerle padecer y bajé su bóxer, el calor y olor que desprendían sus órganos reproductores me llegaban abrasándome, descapullé su verga y metí el capullo en mi boca chupando con glotonería de él, la punta de mi lengua entraba por el agujero de su polla, acariciaba a la vez su escroto apretando sus testículos, si tuviera el mismo manto de pelos que los de Faustin serían mucho más grandes, desde luego para mí me sabían más sabrosos.
Poco después su polla resbalaba por mi garganta arañándola, después de meterla unas cuantas veces sujetó mi cabeza para follar mi boca metiendo la mitad de su polla, bombeó muy rápido y le ayudaba oprimiendo mis labios alrededor de su falo, comenzó a temblar y se corrió.
Tenía mucha razón, se notaba que sus testículos estaban repletos de semen, fabricado en tantos días de abstinencia, tuve que empezar a tragar desde el primer chorro que llenó mi cavidad bucal y luego los otros, no sabría cuántos porque cuando llegue a siete había perdido la cuenta, mi empeño era tragar y tragar, su esperma era más ...