La tía Isabel
Fecha: 21/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos
... todo cuanto me habia dado el oficial y hasta algo mas que tenia en mi cuarto a cambio de copular conmigo. Fue inutil ella no hacia más que gritar exigiendo mí salida del cuarto.
Una vez vestida me encontró firme en la puerta sosteniendo mi oferta. --- ¿Cuántos años tienes?--- ---ya soy mayor---- --- maldita situación lo que nos ha hecho a todos, tu aun sigues oliendo a crio--- ---y usted mi querida dama a pesar de todo, no huele a puta, para mi sigue siendo la dama digna de mi respeto.--- pasa no debemos platicar aquí afuera. Deberías volver a tu casa, con tu madre.
Creo que la afectaba mi oprobio tanto como el suyo, qué le había encaminado a un escenario en el que un simple muchacho podía hacerle proposiciones de ese tipo. --- Yo podría suministrarle todo lo que pidiera.- -- - No deberías pensar en el amor como algo que se compra--- ---usted bien sabe que no se trata de amor--- --deberías esperar hasta que fueras mayor. Espera hasta que te cases. Tu esposa irá pura al matrimonio y así deberías ir tú también. --- ella misma tuvo que darse cuenta de la incongruencia de lo que me decía. Tal vez logró captar la escencia de mi desvario.Tal vez analizaba sus emociones ante la eventualidad de que pudiera haber algo entre nosotros.Volvió la cara, no antes que yo advirtiera una expresión de humildad o tal vez verguenza. Incluso después de convertirse en promiscua, debía de resultarle inadmisible atraparse a sí misma considerando la propuesta sexual de un muchacho de escasos ...
... años. Al menos asi aprecié su reaccion, me esperancé pensando que me entendía, no se me ocurria nada para terminar de ganarmela.de pronto me sentí apenado y quería salir corriendo de la habitación.
Quizá sea exagerado, pero me sentía como un condenado frente a un peloton de fusilamiento. Logré asustarme y queria salir corriendo de aquel lugar.Pero en aquel momento ella me empujó suavemente sobre la cama y me desabrochó el pantalón. Empezó a acariciarme con sus dedos lento y cauteloso, asimilando los gestos de mi cara con cierto aire de curiosidad. De pronto abrió sus labios, se agachó y me tomó en su boca. Mi juvenil verga sintió la humedad y calidez de una boca experta devorándome y provocándome una sensación que parecía llevarme al cielo mismo. Me sentí etéreo y consideré que nunca en la vida querría escapar de esa situación. Mi duquesa me llevo a la cumbre máxima del placer. Eyaculé en su boca y ella succionó con toda su sapiencia mi explosivo garrote. Sentí su mirada, después me pareció oír su voz llamarme «impúdico». Y me desmaye.
Al final, movió mi hombro y ordenó que me levantara. Cuando salí de la habitación me dijo que rezara y pidiera a Dios que me salvara de la condenación. Tal vez hubiera acabado por conquistarla, de haber persistido en mi asedio desde la puerta de la ducha, de las distintas habitaciones de los oficiales que ella frecuentaba. Sin embargo, por insólito que pueda parecer, no lo intenté. Su impulso de aliviar mi desdicha en la cama del teniente me ...