La tía Isabel
Fecha: 21/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos
... vestido. La vi desaparecer discretamente y encerrarse en su cuarto. Entrada la madrugada me fuia dormir.
Lleno de muchas preguntas y pocas respuestas. Aquel comportamiento no era reflejo de lo me decía mi madre. Ella me había convencido entonces que yo debía ser misionero. Esos sentimientos estaban dirigidos, a convertirme en un mártir de la Iglesia. A esa edad, compartía la excelsa idea de convertirme en misionero, mártir en cualquier lugar remoto del mundo. Una tarde soleada en la que no tenía ganas de estudiar, desde la ventana de mi habitación, observaba a las señoras refinadas que pasaban por la calle.Preguntaba si, al hacerme misionero y al tomar mi voto de castidad, me resultaría difícil transitar por la vida sin la presencia de aquellas admirables damas, que iban iluminando el camino rumbo a mejorar su admirable apariencia, y lucir aún más atractivas. Por todo esto mi propósito de hacerme religioso me instaló ante la alternativa de declinar a las mujeres, incluso antes de haberlas deseado.
Decidido pregunté a mi confesor, un hombre senil con su cabeza cubierta de canas, si a él no le resultaba difícil andar por la tierra y tener que prescindir de las mujeres. Me miró duramente y se limitó a opinar que no parecía que tuviera vocación de religioso. Quedé extrañado ante esta falta de tiento hacia mi propensión, simplemente por querer, saber el costo de la abnegación célibe. Temí que debido a mi atrevimiento dejara de estimarme, pero él me animó con una sonrisa, ...
... me dijo, --- hay muchas formas de servir a Dios.El buen padre deberá perdonar, si expreso que yo nunca hubiera podido gozar de las mujeres si él no me hubiera ilustrado lo que es la cortesía y el éxtasis. Cuestión de la madre naturaleza, las mujeres maduras se convirtieron en mi más fuerte tentación.Me gustaban todas, pero sobre todo la hermana de mi padre, la tía Alicia, una rubia linda, de pechos enormes, que usaba un perfume delicioso y este enervaba mis sentidos.
Cierta ocasión me invito a salir con ella.---Hola guapo –- decía, saboreando la cita de antemano-, --- ¿me llevas al teatro?--- ese día fue especial llevé mis primeros pantalones largos. Tarde soleada de sábado al final del verano, fuimos a ver el Cascanueces. Había estrenado mi traje de hombre días antes y deseaba que me viera la tía Alicia, cubierta de polvos faciales, por fin llegó, oliendo a su rico perfume. Con el afán de explicar a mi madre la causa de su retraso, no se dio cuente de mis pantalones. Más cuando nos íbamos, dio un paso atrás para mirarme. Y dijo: ---Tengo el acompañante más guapo del mundo. ¿Verdad que se parece a su padre?--- mientras bajámos las escaleras, me pregunté cómo situar nuestras relaciones en el plano mas conveniente. Sin pensar mucho antes de salir a la calle, le pellizqué una nalga. Ella fingió no notarlo, pero su rostro enrojeció. Quiza audaz quisa ingenuo le dije. ---Cuando sea mayor, me casaré contigo. --- No quiero exagerar ni presumir mi precoz pasión incestuosa, por ...