1. La vida sexual de Sara


    Fecha: 19/06/2019, Categorías: Sexo Virtual, Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... loba?
    
    Me puse en las mías.
    
    -¡Largo de aquí, viejo verde!
    
    Mi suegro se levantó de la cama, y todo chulo, me dijo:
    
    -Tú te lo pierdes.
    
    -Una tripa colgando, eso es lo que me pierdo.
    
    Vicente, se enfadó.
    
    -De mi polla se puede decir que es delgada, que se hizo para agujeros apretados, pero que es una tripa. -levantó un dedo- ¡Jamás!
    
    No pude evitar reírme.
    
    -¡Ala, ala, a dormir el pedo!
    
    Se sentó en la cama y se puso a quitarle los cordones a los zapatos.
    
    -¡Te dije que te fueras para cama!
    
    -Y es lo que estoy haciendo.
    
    Me tuve que poner seria de nuevo.
    
    -¡A tu cama, borracho!
    
    Con los cordones en la mano se echó sobre mí. Forcejeé con él, pero pesaba más de setenta kilos. Salió con la suya. Acabé con las manos atadas a los barrotes de la cama.
    
    -¿Qué me vas a hacer?
    
    No me contestó. Se levantó y salió de la habitación. Por la manera de caminar supe que no estaba borracho, Deduje que no se había equivocado de habitación. Volvió con unas tijeras en la mano. Me asusté:
    
    -¡¿Que vas a hacer con eso?!
    
    Se arrodilló en cama. Cogió el camisón. Lo picó a la altura de mi ombligo y lo fue cortando hasta dejar mis tetas al descubierto, después lo rajó con las dos manos, y me dijo:
    
    -Relájate y disfruta.
    
    -¿Me vas a violar?
    
    -No, te voy a hacer disfrutar.
    
    -Pero yo no quiero.
    
    -Si cuando te ponga la polla en la entrada del ojete me dices que no te la meta, te juro que no te la meteré.
    
    Vicente me comió las tetas. El hijo puta sabía ...
    ... cómo hacerlo. Al poco de empezar a comérmelas tenía los pezones duros y tiesos como las astas de un toro. Luego besó mi clítoris por encima de las bragas, que ya las tenía mojadas. Creo que al verlas se vino arriba. Volvió a coger las tijeras, que había dejado encima de la mesita de noche, y las cortó por debajo y por los lados. Iba a ocurrir lo que jamás pensé que ocurriría... Al lamer unas cuantas veces desde el ojete al clítoris, mi coño se empezó a correr como un río. Al acabar de correrme, me besó con la boca mojada de mi jugo. Yo, con el calentón del momento, le chupé la lengua, después le dije:
    
    -Desátame.
    
    -No.
    
    -Si paras ahora no le digo a tu hijo nada de lo que me hiciste.
    
    Su respuesta fue volver a comerme las tetas. ¡Cómo las comía el hijo puta! No me cansaré de decirlo. Después, me puso dos cojines debajo del culo e hizo virguerías con su lengua en el coño y en el ojete. Veinte minutos más tarde, puso la punta de su larga y delgada polla en la entrada de mi ojete, y me preguntó:
    
    -¿Quieres que te la meta en el culo?
    
    Habrá quien no lo entienda, pero sólo yo sé cómo estaba de caliente. Eché mi culo hacia delante y con la puntita dentro, y le dije:
    
    -Síííííí.
    
    Me la metió hasta la mitad. Me la quitó. Me desató las manos. Se echó boca arriba en la cama, y me espetó:
    
    -Métela tú y goza todo el tiempo que quieras.
    
    Lo monté. Acerqué la polla al ojete y la metí hasta el fondo echando el culo hacia atrás. Me sorprendí a mí misma besando a mi suegro, ...
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