La vida sexual de Sara
Fecha: 19/06/2019,
Categorías:
Sexo Virtual,
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... de la sensación. A la cuarta vez que le quité el coño y le di el culo, Pilar, bajó la cabeza, siguió lamiendo y ya no pude evitar que me viniera. Le dije:
-¡Ay que me corro, Pilar!
Me respondió Manuela:
-Pilar, también.
Los ojos se me nublaron, y temblando, me derretí de placer.
PEDRO
Mi hermano Pedro, que era un chicarrón, una noche fría de invierno, estando mi madre con mi padre en el hospital, (se había roto una pierna) vino a mi habitación, y me preguntó:
-¿Puedo dormir contigo, Sara? Me muero de frío.
Levanté la manta y las sábanas, y le respondí:
-Ven. Yo tampoco consigo entrar en calor.
Se puso a mi espalda en posición fetal con un brazo rodeando mi cintura. Al ratito se estiró y sentí su polla tiesa entre mis nalgas. La mano del brazo que tenía en mi cintura subió hasta mis tetas y me las magreó. No le mandé parar. Al mover su culo hacia delante y hacia atrás y su polla rozar mi ojete, me puse tan cachonda que me dieron ganas de aullar como una loba. Levanté el camisón y abrí las piernas. Mi hermano sacó la polla del calzoncillo, me apartó las bragas para un lado y la quiso meter. No le entraba. Me di la vuelta. Le cogí la polla con la mano y al sentir el contacto ya se corrió. Le di un beso, y con el coño empapado, me volví a dar la vuelta para dormir, ya que oyera decir que los hombres al correrse se les baja la polla y ya no valen para follar, pero la cosa no era así. Al ratito, la polla de mi hermano estaba otra vez tiesa y buscando ...
... mi coño. Subí encima de él. Aparté la braga para un lado. Cogí la polla y la fui metiendo. Entró tan apretada que pensé que me iba a romper. No fue así... Al rato ya la polla me daba placer. Follé a mi hermano hasta que vi que se iba a correr, en ese momento se la saqué y se corrió fuera. No podía quedar con aquel calentón. Acaricié mi clítoris para correrme. Mi hermano, al ver cómo me hacía una paja, se pajeó conmigo y nos acabamos corriendo mirándonos a los ojos.
PAQUITA
Mi tía Paquita. Era una mujer de 40 años muy hermosa, morena y flacucha. Una tarde que estábamos haciendo entre las dos la cama de matrimonio de su casa. Recuerdo que me dijo:
-¿Ya te metió el soldadito, Braulio?
Le respondí:
-Me reservo para la noche de bodas.
-Pero te harás alguna pajita. ¿A qué sí, cochina?
Mentí.
-Yo no hago esas guarrerías.
Se acercó a mí por la espalda y me hizo cosquillas.
-Mentirosa. Las haces. ¿A qué sí?
Caí boca abajo en la cama, y sintiendo sus tetas en mi espalda, le dije:
-ja,ja,ja. Sí, sí, las hago, ja,ja,ja. ¡Para! Ja, ja, ja, ja...
Se quitó de encima. Me levantó la falda y me bajó las bragas. Me besó las dos nalgas, me las abrió, me pasó la lengua por el ojete, y me dijo:
-Así que haces pajas, guarrilla.
Volví a mentir.
-Muy raramente.
-¿Quieres qué te siga calentando?
Caliente ya estaba, por eso le dije:
-Ya que estamos...
Se quitó una zapatilla y me calentó el culo con ella. "¡Plas, plas. plas!"
-¡¿Por qué me ...