La historia de Claudia (final)
Fecha: 15/06/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... pagarte lo que te hice!
La respuesta de la señora fue una carcajada estremecedora.
-¿Plata?... ay,amiga, no necesito tu plata... lo que quiero de vos es tu miedo, tu sufrimiento, tu angustia, tus súplicas inútiles, tu llanto... y todo eso es lo que voy a tener...
Claudia y la cachorra asistían presas de una extraña y profunda fascinación al desarrollo de los acontecimientos. Jamás habían vivido semejante nivel de sadismo y se sentían envueltas en una morbosa excitación.
En ese momento la señora le ordenó a Claudia que vendara los ojos de Inés y la esclava lo hizo ayudada por Laura, que sujetó la cabeza de la peluquera cuando ésta empezó a moverla angustiada de un lado al otro, entre ruegos vanos.
-Muy bien, ahora sí la tenemos lista. –dijo Blanca y comprobó que la cera acumulada en el velón ya era suficiente. Lo fue inclinando entonces lentamente a sólo cinco centímetros del culo de Inés y la cera ardiente comenzó a caer.
La peluquera corcoveó en medio de un quejido al sentir la primera quemazón y después se puso a gritar mientras Blanca iba escribiendo muy despacio sobre la carne la palabra "puta", con la primera sílaba en la nalga izquierda y la restante en la derecha.
Después, deleitándose con las expresiones de dolor y movimientos inútiles de su víctima, que transpiraba de miedo apresada en el cepo, siguió quemándole el trasero con puntos que terminaron formando un círculo alrededor de la leyenda.
Blanca contempló su obra con una sonrisa ...
... perversa:
-¿Arde, puta? –preguntó inclinándose sobre Inés.
-Por favor, Blanca... por favor, basta... –jadeó la peluquera obteniendo como respuesta una carcajada.
-¿Basta?... ¿Pero qué decís, Inés? Si esto recién está empezando... ¿Acaso tenés alguna cita? –se burló. –Si es así lo siento,amiga, porque esta noche no vas a ir a ningún lado... –y de inmediato le dio el primer azote con el strapp.
-¡¡aaaaayyyyyyyyyyyyy!!
Hizo una pausa para gozar de ese grito y después siguió azotándola con fuerza, poseída de un deseo de venganza que no decrecía.
Inés gritaba y lloraba al mismo tiempo empapando la venda que le cubría los ojos y aumentando así el placer que Blanca sentía al martirizarla. El culo de la pobre se veía ya bien rojo, inflamado por todas partes y no había rastros de la palabra que había sido escrita con cera ardiente.
Blanca palpó ambas nalgas y luego las pellizcó, haciendo gritar a Inés. Respirando agitada devolvió el strapp a su sitio y tomó el velón para después volver a colocarse a espaldas de la peluquera, que olvidándose de todo orgullo sollozaba quedamente.
-Qué pena... –dijo Blanca afectando un tono de fingida lamentación y mirando a sus recuperadas esclavas que habían contemplado el castigo poseídas por un intenso morbo. –Se ha borrado la leyenda... -¿ustedes qué piensan? ¿debo volver a escribirla?
-¡¡¡Nooooooooooooooooo!!! ¡¡¡Noooooooooooooooooooooo!!! –aulló Inés al advertir de qué se estaba hablando. La cachorra miró a Claudia y ésta dijo con ...