La historia de Claudia (final)
Fecha: 15/06/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... papá pudo comprar con un esfuerzo muy grande, trabajando como un burro durante años y años. –dijo Claudia y agregó mirando al piso: -Castígueme si cometí una falta, se lo suplico, Ama.
-No, Claudia, no cometiste ninguna falta, al contrario, estuviste muy bien. Pero lo que le hiciste a esta turra de mierda es sólo el comienzo de lo que le espera conmigo. –dijo Blanca y con pasos deliberadamente lentos rodeó el cepo hasta quedar frente a Inés, que enderezó la cabeza y la miró con el miedo reflejado en sus ojos.
-Hola,amiga... –le dijo Blanca sonriendo cruelmente y acentuando esa palabra con un tono burlón.
-Blanca, yo... –balbuceó Inés intentando explicar lo inexplicable.
La señora la tomó del pelo y le cruzó la cara de una cachetada, luego de lo cual siguió hablando con ese tono tranquilo que sin embargo sonaba inquietante:
-¿Sabés, Inesita? Te estuve mirando el culo... ¡Cómo te lo dejaron las chicas!...
-¡Esas pu...! –se exaltó la peluquera al recordar el castigo que había soportado.
Blanca, sin ninguna alteración aparente, le dio otra cachetada aún más fuerte que la anterior.
-Lo que las chicas te hicieron no fue nada,amiga, comparado con lo que yo voy a hacerte.
En los ojos de Inés brilló el terror y al advertirlo, la señora se dijo que era el momento de comenzar su venganza.
Se apartó de su indefensa víctima y observó durante un rato todos los objetos que había en los estantes y las paredes: instrumentos de azotar, dildos, vibradores, hasta ...
... que reparó en los velones cuyo uso como elementos de castigo había descubierto cierta vez en una de las páginas de Internet que solía frecuentar.
Sentadas en el camastro, Claudia y Laura la miraban expectantes y poseídas por una oscura excitación.
Blanca tomó uno de los velones, de color rojo, y le preguntó a Claudia:
-¿Hay fósforos aquí?
-En la cocina, Ama. –contestó la esclava incorporándose.
-Traelos. –ordenó la señora y un instante después tenía en su mano el velón encendido.
Mientras tanto, Inés sentía que el miedo iba creciendo en ella a tal punto que se decidió a intentar una salida desesperada:
-Blanca, por favor, escuchame... –dijo.
-Lo que quiero escuchar son tus gritos cuando yo empiece a darte lo que te ganaste,amiga. –le contestó la señora mirando como la cavidad superior del velón empezaba a llenarse de cera ardiente.
-¡Blanca, escuchame! –insistió Inés y entonces la señora, casi como al descuido, le pegó otra cachetada.
-¿Con cuál de estos hermosos instrumentos la azotarías, Claudia? –la consultó el Ama. La esclava, después de una larga mirada se decidió por un strapp negro de buen grosor y unos 10 centímetros de ancho por 40 de largo.
Blanca lo tomó de la pared, lo estudió durante un momento y dictaminó:
-Mmmm... buena elección, perra Claudia... me imagino que esto debe doler mucho...
Ante la inminencia del castigo Inés gritó:
-¡Blanca, por favor escuchame! ¡Te doy plata! ¡Dejame libre y te doy plata! ¡Mucha plata para ...