La historia de Claudia (final)
Fecha: 15/06/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... con Laura y luego ambas, visiblemente excitadas, debieron tomar de la mesa los dos collares y entregárselos a Blanca, que estaba sentada en el sofá. Luego de acollarar a las dos esclavas hizo que Claudia se arrodillara sin apoyar las nalgas en los talones y con las manos en la nuca, y le ordenó a la cachorra que llamara a Paola.
-¿Cuándo quiere que venga, Ama? –preguntó la esclavita mientras iba hacia el teléfono.
-Mañana mismo, al mediodía. Creo que no tiene clase, si no recuerdo mal.
-No, Ama, las clases son los miércoles, jueves y sábados, así que mañana tiene todo el día libre.
-Bueno, mañana entonces la quiero aquí.
La cachorra marcó el número y quien atendió fue la misma Paola.
-Pao, soy yo, Laura...
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-Sí, yo también te extraño, pero escuchame y no me interrumpas, porque tengo que contarte algo muy importante... –y empezó a narrarle todo lo acontecido.
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-Sí, es así, tal como te lo conté, así que la señora Blanca te quiere acá mañana al mediodía.
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-Oíme, Paola, no empieces con dudas ni pavadas. ¿Me querés o no?
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-Bueno, entonces ni una palabra más. Venite mañana a las 12 y punto.
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-Perfecto, te mando un beso... –concluyó diciendo Laura y cortó la comunicación sonriendo con cierta perversidad.
-¿Vendrá? –preguntó Blanca.
-Sí, Ama, va a venir. –aseguró la cachorra. –Primero dudó un poco, pero me dijo que vendrá porque no puede vivir sin mí y que ...
... quiere estar donde yo esté.
-Muy bien, cachorra... ¡Muy bien!... –dijo la señora con el entusiasmo reflejado en su rostro. Todo lo vivido en las últimas horas, el haber recuperado a sus esclavas y el prolongado martirio al que había sometido a Inés como venganza por lo que le había hecho la tenían de muy buen ánimo. Se abría para ella un futuro muy venturoso, a salvo de toda estrechez económica, dueña absoluta de dos hermosos animales de raza y la perspectiva cierta de hacerse de una nueva presa. Se sentía muy excitada sexualmente y pensó que una buena cogida con sus dos perras iba a ser una excelente forma de terminar la jornada.
Se irguió entonces ante ellas en toda su majestuosa estatura y mandó que la desvistieran.
Una vez sin ropas fue hasta la mesa y luego de observar el conjunto de objetos eligió dos dildos anales con base plana, de forma cónica y unos 15 centímetros de largo por 4 en su parte más ancha. Volvió con ellos y les ordenó a las esclavas que se arrodillaran con la cara en el piso. Cuando las tuvo en esa posición se regodeó durante unos instantes con la visión de ambos culos; grande, casi enorme el de Claudia; perfecto en su deliciosa pequeñez el de la cachorra, y luego de alguna duda decidió empezar por este último. Empapó el dildo con su propia saliva, con la cual humedeció después la estrecha entradita y apoyó en ella la punta del dildo, presionando un poco mientras Laura, advirtiendo lo que se venía, movía sus caderas de un lado al otro con miedo y ...