... mis piernas tenía algunos vellitos rubios. Luego enrollé la parte de arriba dándolo unas tres o cuatro vueltas para que quedara así con mis nalgas casi totalmente descubiertas. Yo era bastante tímido a pesar de mi atrevimiento, asi que me arrepentí un poco y me jalé el shorcito un poco hacia abajo para que me tapara la mitad de mi culo. Después fingí que andaba buscando algo en mi mochila para agacharme con el culo apuntado hacia el viejito, y cuando hacía esto sentía que el short se me metía más y sabía que mis nalgas estaban casí descubiertas, pero ya no me importaba. Al escuchar que el viejito medio gemía y decía algunas cosas en voz baja que no alcanzaba a entender, me excité cada vez más. De vez en cuando yo me paraba y me acariciaba mis propias nalgas mirando la mochila y fingiendo estar distraido como si estuviera pensando en algo. De repente escuché al viejo que me ofrecía un mate, que para los que no saben es un te verde que se toma con una bombilla (pipote, sorbete) de metal. Caminé hacía él en la manera más sexy y afeminado que pude.Al tomarme el mate, simulé que me estaba chupando una verga, lamiendo a la bombilla de vez en cuando y mentiéndolo y sacándolo de mis labios. De repente el viejo dijo que tenía que mear, y alejándose unos dos metro apenas, sacó su verga, que era de buen tamaño aunque no podía comparar con la de mi cuñado, y soltó el chisguete. Le miré la verga descaradamente mientras él me miraba a mí y hacía señas con su cabeza hacia su pene como ...
... preguntándome si me gustaba. Yo accedía que sí al no despegar mi vista de su pene, me mordisqueaba el labio de abajo y mientras habría la boca un poquito medio jadeando, tocaba la punta de mi lengua contra el labio de arriba y me la raspaba contra los dientes. El viejo terminó de mear y se dirigió hacia una chozita que tenía cerca de ahí sin tomarse la m*****ia de guardar su pene, y volteando la cabeza me hizo señas que le siguiera. Lo hice, y al entrar en la choza ví que el piso era de tierra y solamente tenía un poco de ropa ahí.El viejo me agarró una nalga mientras yo me estaba fijando en lo que había ahí, y ví que se estaba masturbando con la otra mano. Dejé que explorara mi culo con sus manos grandes y ásperas, y hasta me daba una nalgada de vez en cuando. Me sentía tan excitado que alzaba mi colita un poco y me encorvaba para darle mejor acceso. A pesar de mi estado de excitación, tenía miedo de que mi cuñado regresaría pronto, y creo que me excitaba aun más pensando en la posibilidad de que me encontrara así, cuando de repente escuché que me llamaba en voz alta desde el puente. Le dije al viejo que íbamos a tener que esperar y que no le dijiera nada a mi cuñado porque no sabía mi secreto. El viejo empezó a insistir que siguiera ahí con él, que no nos encontraría, y como para convencerme trató de hundir la mitad de su dedo medio en mi ano sin usar tan siquiera un poco de saliva como lubricante. A pesar de que al estar seco me ocasionó dolor, la verdad es que me gustó. Aun ...