... que sentía. Cuando sentí que quería mover mi short a un lado para jugar con mi anito, en vez de oponerme le ayudé. Sus manos eran verdaderamente grandes pero con el aceite sus dedos pentraban mi pequeño agujero facilmente. Me asusté un poco por las sensaciones nuevas y por el comportamiento de este viejo que había sido un poco brusco a veces. También temía que mi cuñado me viera así, pero como ya les mencioné, ese detalle a la vez me causaba mayor excitación. El viejo gemia al insertarme los dedos y poco a poco empezó a hacerlo con mayor fuerza y velocidad hasta que se oía el resto de su mano golpeando contra mi culito como nalgadas. Me ponía en éxtasis con el ritmo e intensidad de la culeada que me estaba haciendo con los dedos, y más porque cada dedo de él era más grueso que mi pulgar. Sabía que en ese momento sólo me estaba dando con uno y le supliqué que me diera con dos. El viejo se emocionó aun más con esto y enseguida me metió el índice junto con el medio y empezo a meterlos y a sacarlos todavía más fuerte y rápido que antes, y tuve que agarrarme de una viga del puente para no caerme. Después de meter y sacar sus dos dedos unas cien veces quizás, sentí que me metió tres. Gemí en voz alta y le rogué, “ay no que me duele”. Pero el viejo me siguió dando con tres y al poco rato me acostumbre cosa que el dolor ya no se sentía tan intenso. Poco tiempo después, vi que mi cuñado se acercaba para tomar algo o no sé qué, le dije al viejo que me fuera a buscar más al rato, y ...
... salí corriendo. Escuché que mi ano sonó como una botella siendo descorchada cuando los dedos del viejo fueron retirados rápidamente. Corrí por el río hasta ver un lugar medio profundo, y me tiré a nadar un rato. Poco tiempo después ví que el viejo se acercaba, pero también venía mi cuñado unos treinta metros detrás de él. Yo trataba de alejarme disimuladamente cuando mi cuñado se ponía a pescar, pero me seguía y noté que aunque no se acercaba mucho, tampoco dejaba que estuviera fuera de su vista. Yo seguía haciendo pequeñas exhibiciones para el viejo que me miraba desde la sombra de un arbol, sacando mi culito del agua y haciendo poses arriba de las piedras grandes que habían ahí, pero siempre con la cara mirando hacia mi cuñado y mi cola apuntando hacia el viejo. Después de varias horas me cansé de este juego y me fui a la carpa para tomarme una siesta.Me desperté la mañana siguiente en la mad**gada. Mi cuñado estaba durmiendo y como se le notaba el tremendo bulto que traía en el pantalón, me quedé mirandolo por media hora o más aguantádome las ganas de hacerle tantas, pero tantas cosas. Al escuchar al viejo echarle leña al fuego para calentar agua, me levanté y salí de la carpa. Me tomé un mate con él haciendo las mismas cosas para excitarlo y en poco tiempo se paró y como yo estaba sentado, se acercó a mí y sacando su pene de su pantalón me lo puse en frente de mi cara. Ya que estabamos muy cerca de la carpa donde durmía mi cuñado, me paré y haciendole señas de “ven” con mi ...