VIENTOS DE CAMBIOS
Fecha: 11/08/2017,
Categorías:
Lesbianas
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
... frígida, que no cogía porque seguramente solo pensaría en su profesión. Ahora imaginen esta situación, salgo a pasear con Zacarías, a recorrer negocios y a mirar vidrieras, un Sábado por la tarde, como cualquier otro, paramos en un local, veo algunas prendas en ofertas que llaman mi atención y entramos a ver, el está a mis espaldas mientras la vendedora me muestra algunos diseños y modelos, me gusta todo, soy mujer, concentrada en la ropa pierdo noción de él, de repente escucho la voz de Zacarías preguntando: - Te ayudo? Giro mi vista y con que me encuentro? a mi amor estirado tomando unas prendas que estaban en los estantes más altos ayudando a una joven, la miro y no puedo creerlo, parece dibujada a mano, mucho más alta que yo, rubia platinada, con el cabello bien recogido tirado hacia atrás atado en cola de caballo, con un top amarillo flúor de lycra súper ajustado, por el que asoman dos pechos enormes que cuesta mantenerlos comprimidos, su vientre desnudo, chato y bronceado luce un piercing en el ombligo, con calzas negras muy adheridas, tanto que dibujan unas piernas, unas caderas y un culo sencillamente perfectos, su armonía física es impresionante, esas mujeres que pueden derretir a cualquier hombre, cintura de avispa, culo de araña… Cruzan unas palabras y unas sonrisas, vienen a mi encuentro, si su cuerpo era perfecto su rostro no era menos, con una pequeña nariz respingada, amplia frente, labios gruesos, pecas por doquier y unos enormes ojazos celestes, limitados ...
... por un borde azul oscuro. En ese momento Zacarías dice mirándonos a ambas: - Mi amor, te presento a Débora, mi jefa, Débora, mi mujer, Carla… Así nos conocimos y si la odiaba sin conocerla, imaginen cual era mi nueva situación, en ese momento me invadió la furia, los celos, la envidia y todos los malos sentimientos que una mujer pudiera juntar, a pesar de que ella me trató muy bien, yo fui demasiado cortante y tajante, dejando en claro que no me caía bien, y como queriendo marcar territorio tomé fuertemente del brazo a Zacarías. Recuerdo que luego de despedirnos empezaron los mutuos reclamos, el hacia a mi por la forma inmadura en que me comportaba y yo hacia él porque jamás me había comentado que su jefecita era una bomba sexual. La discusión fue subiendo de tono haciendo eclosión después de la cena, a los gritos, descontrolados, al punto que el durmió en el comedor y seguimos en guerra todo el Domingo. A partir de ese primer encuentro algo cambiaría, una tarde, luego de la jornada Zacarías llegó acompañado por su jefa, me dijeron que tenían demasiado trabajo y habían decidido proseguir un rato más en casa. Débora estaba con un look más formal, más profesional, con medias de nylon, pollera a media pierna con chaqueta haciendo juego y una delicada camisa naranja apagado con el logo bordado de la empresa. Se mostraba muy amable conmigo pero en realidad para mí esto no hacía más que agregar leña al fuego, aumentando mi odio y sintiéndome cada vez mas acorralada. Lejos de ser una ...