EL REGRESO
Fecha: 09/08/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues
... ver cómo reaccionaría su madre ante la proximidad del hijo. Claudia entró en casa, con la mayor naturalidad. En la cocina, como esperaba, encontró a su madre. Se le acercó, hizo como si trajinara por aquí y por allá mientras le hablaba de fruslerías hasta que entró en harina diciendo • Una cosa mamá. Sergio… No pudo seguir, pues su madre se puso pálida al tiempo que inquiría • ¿Sabes algo de él? ¿Qué pasa con Sergio, qué ocurre con mi hijo? • Nada mamá, no te asustes. El está bien… Está aquí… • ¿Dónde es aquí? ¿Dónde está tu hermano? A Claudia ya no le cupo duda de que su madre ansiaba verle; sí, su idea había sido buena • Aquí mamá; en la puerta… ¡Sergio, pasa hermano! Al momento Sergio apareció ante su madre, en el salón, hasta donde ella había salido a buscarle, con Claudia detrás de ella. No hubo palabras entre madre e hijo, tampoco fueron necesarias pues los abrazos, los besos y las lágrimas de ambos, madre e hijo abrazados, dijeron mucho más que el más largo de los discursos. • ¡Hijo, hijo querido!. ¿De verdad estás bien? ¿Vienes para quedarte? • Por partes mamá. Sí, estoy bien, muy bien. Y no, no vengo para quedarme. No puedo quedarme mamá; de verdad que no puedo quedarme con vosotros, pero nunca más estaréis sin noticias mías. Desde hoy nos mantendremos siempre en contacto y casi a diario sabréis de mí. La madre, ávida de saber de su hijo, le hizo mil y una preguntas, con lo que supo que él vivía en Madrid y tenía un buen puesto de trabajo que le daba para vivir con ...
... más que decoro; casi con lujos, aunque eso sí, pocos y no suntuosos precisamente, pero que obtenía lo suficiente para vivir bastante bien. La madre, al instante, se emperejiló en llamar a su marido para darle la feliz noticia de que, al fin, su hijo Sergio estaba en casa, por unos días sólo, pero por esos más o menos días estaría con ellos. Porque lo que también quedó la mar de claro para Sergio es que la reserva de hotel que la empresa le procurara quedaría sin efecto, ya que él no tendría forma de zafarse de vivir en casa de sus padres mientras parara en la ciudad. A todo eso, el medio día se había echado encima ya, de modo que no llevaría Sergio ni media hora en casa cuando el timbre de la puerta empezó a sonar con franca insistencia, haciendo exclamar a Dª. Claudia, que así se llamaba la madre, al tiempo que corría a la puerta para abrirla • Ya está aquí el niño de tu hermana. Ya verás que guapote que es tu sobrino Sergio… Además es clavadito a ti… Y se llama como tú, Sergio. Así lo quiso tu hermana, que llevara tu mismo nombre Y sí, al momento Sergio se encontró ante una especie de fotocopia de sí mismo cuando tenía diez u once años… Lo que son las cosas de la genética, pensó, pues el hijo de su hermana se parecía más a él mismo que a su madre. Claro, el niño era eso, niño, varón como él, el tío del muchacho; seguro que de haber sido niña se habría parecido más a la madre que al tío. Además el crío resultó ser simpatiquísimo. Tanto que enseguida se encariñó con el tío, ...