1. EL REGRESO


    Fecha: 09/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    ... mujer espléndida, casi “de bandera” podría decirse… Cuando su hermana llegó junto a él, despreció la silla que Sergio puesto en pie le ofrecía, para sentarse en la que había al lado. • ¿Qué tomas? • No, nada gracias. ¿Por qué has vuelto Sergio? • Os echaba de menos… Echaba de menos a papá, a mamá… Te echaba de menos a ti… • ¡A mí!. Tiene gracia… ¿Te acuerdas de lo que me hiciste aquella noche?. Me violaste Sergio, me violaste… En toda la línea, a conciencia… • Estaba borracho Claudia… Lo siento… De verdad que lo siento… Y me arrepiento de ello… • Sí… Te arrepientes… Ahora, ahora te arrepientes; entonces no. • No Claudia; no fue así. Me arrepentí tan pronto desperté por la mañana… Me sentí un monstruo… Un degenerado… Por eso me fui, por eso me fugué… No me sentía capaz de mirarte a la cara… Y hoy apenas si me atrevo… • Te suplicaba que me dejaras, que pararas, pero tú seguías, y seguías… Cada vez más fuerte, más inmisericorde… Me llamaste puta una y otra vez… ¡Puta!. ¡Puta!. ¡Puta! Al final te viniste dentro de mí, aunque yo te decía que no, que acabaras fuera… ¿Sabes? Entonces te odié… Y te sigo odiando… • Esto ha sido un error. No debí volver… Perdona…Me marcharé… Sergio se levantó para irse, pero Claudia le detuvo • Espera, que aún no he terminado… Creo que, después de todo, por lo menos me debes algo de tu tiempo… Sergio volvió a sentarse y Claudia siguió hablando • Me hiciste mucho daño Sergio… Mucho, mucho… Y, ¿sabes? No tanto por el hecho en sí de la violación como por ...
    ... lo que vi en tus ojos desde el principio y hasta el final. Odio Sergio, odio hacia mí… Un odio bestial… Querías hacerme daño, golpearme allá donde más pudiera dolerme; tratándome además de puta. A la afrenta unías la vejación. Estaba claro que te vengabas de mí, y no sabía, todavía no sé por qué… ¿Qué te había hecho?. ¿Por qué ese odio?. • Perdona Claudia. Por favor, perdóname… No sé qué me pasó… De repente, debí volverme loco… No lo sé, Claudia, no lo sé… Apenas recuerdo nada de aquella noche Claudia pareció no oírle, ensimismada en sus propios pensamientos; sus propios recuerdos. Sacó un cigarrillo del bolsillo del pantalón; lo encendió, aspiró y lanzó al aire el humo en pequeñas nubecillas circulares • Te quería muchísimo Sergio; tú lo sabes… Desde muy crío eras mi “ojito derecho”. Siempre salía en tu defensa ante papá y mamá… Te mimaba… Casi fui una segunda madre para ti… Pero tú me devolviste mal por bien… Tu odio a cambio de mi cariño… Dices que estabas borracho; que te volverías loco… Que no te acuerdas de nada… Es mentira Sergio, tus excusas no son sino mentiras. Sí; algo bebido sí que estabas aquella noche… Te habías puesto “morado” de alcohol antes, en la “disco”, bebiste como nunca te vi beber… Pero de borracho perdido, nada de nada… “cariño”. Estabas lo suficientemente lúcido como para saber lo que hacías. Y hacías lo que, conscientemente, querías hacer… De nuevo Claudia calló para aspirar otra calada del cigarrillo. También Sergio guardó silencio, pues para qué ...
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