Noche violada con Yenaris
Fecha: 24/01/2025,
Categorías:
No Consentido
Tus Relatos
Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... despertar. Ella tomó unos segundos para reaccionar, pero al darse cuenta que estaba esposada, con brazos y piernas amarrados de tal manera que permanecía inmovilizada y con las piernas completamente abiertas; empezó a sacudirse con violencia y a gritar desesperada.
Yenaris: "¿Qué pasa?, ¿Qué me han hecho?, ¡Suéltenme!, ¡por favor suéltenme!, ¡no me hagan daño!, ¡Auxilio!..."
Yo: "Tranquila, todavía no te ha pasado nada, quería que estuvieras despierta Yenaris para que tu también disfrutes. No te haré daño, si te portas bien".
Yenaris: "¿Quién es usted?, ¿Qué quiere?"
Yo: "Soy un admirador tuyo Yenaris, alguien que desea conocer el cielo contigo. Lo que quiero es pasarla rico contigo"
Yenaris: "¡No!, ¡No por favor!, ¡No me viole...!"
Yenaris vestía una blusa azul cielo y un jean negro ajustado. Yo contemplaba extasiado sus hermosas piernas y sus tetas que casi salían por su generoso escote. Deslice mis manos por sus piernas sintiendo el contacto con aquella suave piel; luego subí a sus muslos, para seguir a sus caderas. Tomé mi navaja suiza y comencé a arrancar los botones de la blusa de abajo para arriba. Mi bicho se puso erecto cuando aquellas hermosas tetas cubiertas por un sostén blanco.
Yo: "Mejor resígnate y prepárate a gozar la mejor experiencia de tu vida, mi amor"
Le arranqué el sostén, puse mis manos sobre ellas y las apreté y estrujé disfrutando de su tamaño y su dureza. Con mis dedos pellizque sus pezones, y con mi lengua tracé un circulo ...
... húmedo alrededor de cada uno de ellos. Dejé correr mis manos sus maravillosas tetas y las agarré desde la base hacia arriba. Las estrujé y apreté, las estrujaba como un panadero a la masa, con rudeza; una y otra vez apretaba aquellas magníficas tetas, y metía sus pezones en mi boca. Le amamantaba sus tetas con desesperación, como si fuera un bebe hambriento de leche, pero con la violencia de un chacal. Con mi lengua lamía sus ricos pezones, y luego subía a su cara para lamer sus lágrimas saladas, y besar su boca aunque ella intentaba apartar el rostro con asco. Luego bebí su deliciosa leche que emanaba de sus tetas.
Yo: "Que leche tan rica sabe Yenaris, deliciosa. Deseo beber otra vez"
Entonces me quité toda la ropa hasta quedar completamente desnudo con mi gran erección. Le bajé el jean por completo.
Me acerqué a la cama y comencé a acariciar sus piernas y a pasar mi lengua por ellas. Ella lloraba y gritaba, temblaba toda y se agitaba mientras yo subía por sus largas piernas con mis manos y mi lengua. Hasta que le arranco el panty, Yenaris tenía una chocha deliciosamente afeitada, sin ningún vello púbico; lo empecé a lamer. Ella desesperada me rogaba para que parara, pero yo hundía mi lengua en su chochita y lamía con desesperación sus labios vaginales. Lo hacia como nunca lo había hecho antes en mi vida, le comía como un maldito animal hambriento. Duré varios minutos así, y después le metí los dedos en su chocha. Le hundí los dedos hasta el fondo sin importarme si la ...