Entre la confrontación y la victoria...
Fecha: 15/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
... haciendo. No podía creer lo que pasaba y me miraba con fascinación; sin perder ni un detalle... Pasé mi lengua por todo el cuerpo de aquel "instrumento" y, luego, sin que él estuviera preparado, lo engullí hasta la base; hasta que la punta de mi nariz tocaba su vello púbico, y de regreso... Trataba de darle todo un espectáculo al tipo; y vaya que lo estaba disfrutando... Luego de un buen rato de "mete – saca" en mi garganta; nuevamente, mi apuesto militar estaba a punto de "venirse" así que lo empuñé con fuerza y me ocupé de sus "bolas" que colgaban y se retorcían de placer tanto como su dueño... Al principio, con mi lengua y luego, de lleno en mi boca... Roberto, jadeaba sin control y emitía sonidos agudos como pidiendo clemencia pero yo estaba muy lejos de dársela. Me tomaba por los hombros y empujaba con fuerza como si quisiera apartarme de sí, sin embargo, mientras más presionaba, con más violencia me aferraba, yo, a sus gruesos muslos...Aferrado como estaba, entre sus piernas, lo atraje, con fuerza hacia mí, obligándolo a recostarse completamente sobre el piso de la camioneta y continué con mi trabajo oral sobre sus huevos y su miembro... Levanté sus piernas y presioné sobre su pecho para que quedara totalmente expuesto, aún su ano... Al principio se mostró un poco reacio pero como no abandonaba mi trabajo oral y, yo, continuaba totalmente vestido, se relajó y continuó gozando como nunca... Luego de un rato, y con el factor sorpresa a mi favor, como todo aquella tarde, ...
... pasé mi lengua rápidamente por entre sus piernas para alcanzar el ojete de su culo y darle algunos lametones que lo hicieron levantar su cabeza y mirarme, por entre sus piernas, con gran sorpresa y agradecimiento... Seguí así hasta que me advirtió que estaba tan caliente que podría "venirse" sin tocarse siquiera... No estaba eso en mis planes... Era un completo desperdicio...Le di una tregua para incorporarme y quitarme el saco que aún llevaba puesto y bajarme los pantalones hasta las rodillas, no sin antes atisbar en los alrededores y convencerme que todo seguía tan tranquilo como momentos antes...El oficial, seguía recostado de espaldas, relajado del todo, y en espera de qué nueva sorpresa le deparaba el destino para ése día...¿Quieres probar? – le dije –¿Qué? – me respondió, un poco sobresaltado –¿Que si quieres metérmela?Lo pensó por un momento, pero asintió con un movimiento de cabeza e, inmediatamente, se sentó para esperar por instrucciones.Alcancé una caja de condones y un tubo de lubricante que siempre traigo conmigo en un compartimiento bajo el asiento delantero; saqué uno, se lo coloqué y lo bañé de lubricante; me apliqué un poco yo mismo y me puse en cuatro patas para permitirle que me atacara por detrás. Ni tardo ni perezoso, se puso de rodillas y, como perro en brama, se subió sobre mi espalda y comenzó a buscar la abertura entre mis nalgas con la punta fría de su glande ancho y resbaladizo... Me rodeó con sus brazos por el torso y podía sentir su respiración ...