1. Mi historia con una mujer maltratada (2)


    Fecha: 15/11/2024, Categorías: Hetero Autor: Tmy456, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando llegué a Buenos Aires de vuelta, lo primero que hice fue visitarla.
    
    Toqué timbre, bajó y me abrió.
    
    Se abalanzó sobre mí y me dio el abrazo más fuerte y largo que tuve con alguien jamás.
    
    —Te extrañé, me dijo.
    
    —Yo también, mi vida.
    
    —¿Querés pasar?
    
    —Me fascinaría.
    
    Ni bien llegué al departamento y ví lo desordenado que estaba, casi me agarra un patatús.
    
    —Che, está muy desarreglado todo esto, reproché.
    
    —¿Ordenamos un poco?
    
    —Y... estaría bueno.
    
    Nos pusimos a ordenar. Había bombachas sucias tiradas, corpiños, comida, platos y vasos sucios. Luego subimos a tomar unos licuados que ella había preparado a la terraza de su edificio.
    
    Llegó la noche y no estaba nada resuelto, ¿qué íbamos a comer? ¿Qué íbamos a tomar? Se me ocurrió pedir sushi. Llamé a Fabric y pedí 24 piezas de esas delicias y unas cervezas.
    
    Nos sentamos en el sillón, y nos pusimos a ver una serie mientras comíamos. Creo que la serie se llamaba Vikingos, está en Netflix. No nos interesaba lo que pasara en la serie. Ella en un momento me pidió que le diera de comer. Así lo hice. Agarré un sushi y se lo metí en la boca, metía mis dedos en sus fauces mientras que ella los lamía y los chupaba.
    
    Cuando terminamos de comer empezamos a juguetear un poco. "¿Puedo estar encima tuyo?", preguntó. "Nadie te obliga a no hacerlo", le dije. Se sacó el short y la blusa que tenía puesta, me sacó la remera a mí, todo lentamente y en silencio, casi que me hizo un striptease. Por último, me ...
    ... pidió que me saque el pantalón. Se subió arriba mío. Fue lo más erótico que había visto en mucho tiempo. Yo la tocaba y ella de la misma manera lo hacía conmigo. "Te ves tan provocativa", susurré en su oído. "Vos también sos muy sexy ¿eh?", opinó. Terminamos durmiendo en el sillón. Pero no pasó nada fuera de tono.
    
    Al día siguiente, me levanté y preparé café para los dos. Ella todavía estaba durmiendo, durmió como una bebé aquella noche. Se despertó a eso de las 9:30. Se estaba por pegar una ducha y le pregunté si nos podíamos bañar juntos. Era una propuesta loca. Miró el baño, me relojeó a mí y me dijo: "Bueno, dale. No veo porque no, entrá". Nos metimos al baño y me pidió que la desnude, acaté la orden al pie de la letra. Ella me desnudó a mí sin que yo se lo pidiera, abrió el agua, esperamos a que estuviera bien calentita, nos metimos a la ducha y me empezó a tocar los abdominales, el pecho, los brazos, los hombros, la espalda, que tanto le gustaba a ella. Yo la besaba, le mordía la oreja, le tocaba la espalda también, el abdomen, el pelo. Hasta que la cosa fue escalando y empezó a manipular otra cosa. "¿Te gusta esto?", preguntaba con una voz muy sugestiva. "Sí, me encanta", aclaré. Yo no me quedé atrás y la toqueteé un poco. "Se te está poniendo durísima", dijo. "¿Por qué te pensás que puede llegar a ser?", cuestioné. Sentía su respiración, sus besos y sus lamidas en mi cuello. Nos enjabonamos, nos enjuagamos, nos terminamos de bañar, salimos de la bañadera y nos pusimos ...
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