Papá estrena mis tetas nuevas
Fecha: 23/09/2023,
Categorías:
Incesto
Autor: Martina Paz, Fuente: CuentoRelatos
... volvería hasta tarde, supuestamente, así que me quité la remera quedándome en corpiño. Inmediatamente después de cortar el hilo de la segunda axila, llegó papá.
A pesar de la sorpresa, no me sentí incomoda. Durante varias semanas pasó viéndome desnuda mientras me ayudaba a bañarme y cambiarme, por lo que a esa altura ya habíamos superado una barrera de intimidad. Eso pensaba, al menos. En lo que no pensé fue en cuál sería su reacción al encontrar a su nena de dieciocho años, con la pollera súper corta del uniforme escolar y un corpiño de encaje rosa que apenas contenía a sus grandes tetas nuevas.
─Hola pa ─lo saludé.
Él no respondió. Se quedó unos instantes mirándome. Su rostro era extraño. Algo anormal había en sus ojos. Decir que estaba poseído es un montón, pero creo que es un calificativo que se acerca bastante a lo que noté en ese momento. Sin decir nada, se acercó hasta donde yo estaba y, lentamente, se arrodilló frente a mí. Dejé la remera y los elementos de costura sobre la mesa ratona y nos quedamos mirándonos a los ojos. Comencé a acariciarle la cara, el pelo, los labios. Ninguno parpadeaba. Teniéndolo tan cerca y sintiendo como su respiración se agitaba cada vez más, logré interpretar lo que expresaba su rostro: me deseaba. Y yo también lo deseaba a él.
Acerqué mis labios a los suyos y lo besé cálidamente. Fue como un beso de dos amantes que por primera vez están auto descubriéndose. Lo rodeé con mis brazos y lo atraje lo más que pude hacia mí, mientras ...
... él me tomaba de la cintura. Logré sentir el ritmo de su corazón acelerarse cada vez al entrar en contacto su pecho con mis tetas. Separé mis labios de los suyos con delicadeza.
─¿Querés verlas? ─pregunté señalando mis tetas. Él asintió.
Me desprendí el corpiño por atrás, liberándolas. El tamaño de sus ojos creció instantáneamente, dejando escapar por ellos el gran placer que lo invadía.
─Tocalas ─le dije.
Lo hizo directamente con las dos manos, al mismo tiempo. A pesar del gran tamaño de sus manos, le fue imposible abarcarlas en su totalidad.
─¿Viste que lindas quedaron?
─Hermosas ─respondió.
─Gracias pa, por esto y por todo. Te amo ─dije, mientras una lagrima me recorría el rostro.
De inmediato, papá se puso de pie, como asustado.
─Perdón Marti, perdón.
Intentó alejarse, pero me puse de pie y lo detuve.
─No papá, no tengo nada que perdonarte. Quiero… ─no supe como continuar.
Papá se agachó un poco y volvió a besarme. Lo tomé de la mano y llevé hasta el sofá, indicándole que se siente. Lo hizo, y yo me senté sobre sus piernas, continuando el beso. Sus manos me recorrían la espalda de forma incontrolable, como si quisiera tocar toda la superficie junta. Corté el beso y lo miré de nuevo a los ojos.
─Papi, ¿te gustan mis tetas nuevas?
El tono de la pregunta sonó totalmente pervertido. Mi voz sonó como la de una nena que está pidiendo por favor que le compren un helado.
─Me encantan ─respondió papá en un susurro.
─Papi, chupamelas, ...