1. Papá estrena mis tetas nuevas


    Fecha: 23/09/2023, Categorías: Incesto Autor: Martina Paz, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando cumplí quince años me hicieron una fiesta increíble. El lugar hermoso, el vestido soñado. Estuvieron presentes todos los que yo quería, pero… creo que no lo disfruté como debería haberlo hecho. No me gustan las multitudes. Siempre busco escaparle a lo masivo. Pero me fue imposible escapar de mi propia fiesta y por eso, en cierto modo, terminé padeciéndola. Había dos opciones: fiesta o viaje a Disney. Como una boluda, elegí la fiesta. Al notar mi decepción, mis padres me dijeron que para el regalo de los dieciocho años lo pensara mejor.
    
    ─No tengo nada que pensar ─respondí con mi taza de café en la mano─. Quiero las tetas.
    
    Mamá dijo que no le parecía mal, dirigiendo una mirada inescrupulosa hacia mis “normales” pechos de quinceañera. Papá, algo avergonzado, dijo que no sería necesario, que todavía me faltaba desarrollarme. Y yo confiaba en que así sea, pero desde los doce, trece años, al notar que mis amigas se desarrollaban mucho más rápido que yo, comencé a acariciar la posibilidad de pasar por el quirófano.
    
    Siempre me llamaron la atención las tetas. A pesar de que en esa época no eran muy llamativas, podía pasarme horas frente al espejo acariciándomelas. Y, como suele suceder, una cosa llevaba a la otra. La primera vez que me masturbé fue luego de calentarme con mis propias tetas. Desde esa vez comencé a mirar a las mujeres de una manera diferente. No soy una pajera que va por ahí mirando tetas, pero sé admirar y reconocer un buen par.
    
    Luego de aquella ...
    ... conversación, el tiempo siguió su curso. Y a pesar de que mis tetas crecieron un poco, a los dieciocho no tenía todavía lo que yo consideraba un buen tamaño. Desde hacía un año, a pesar de que cada vez faltaba menos para el límite tácitamente impuesto para mi desarrollo, el tema no había vuelto a tocarse. Quizás, debido a la muerte de mamá. Desde entonces, quedamos solos en casa con papá. Nuestra relación siempre fue muy de compañeros, nada fuera de lo normal. Pero desde que quedamos solos, este vínculo comenzó a estrecharse. Fueron muchas las noches en las que desperté a los gritos a causa de las pesadillas. Él siempre acudía intentando tranquilizarme. Y lo conseguía. Entre sus brazos siempre me sentí a gusto, protegida de todo. Fueron muchas las noches en las que, luego de mis pesadillas, él se quedaba a dormir en mi cama. Repito, nada fuera de lo normal. Hasta la noche antes del día en el que volvimos a tocar el tema de mis tetas. Justamente la noche que iniciaba el día de mi cumpleaños número dieciocho.
    
    Luego de una típica pesadilla y de que papá me tranquilice, se recostó en mi cama como infinidad de veces. Como mi cama era de una plaza, estábamos muy pegados. Casi siempre dormíamos cucharita. Horas antes a la pesadilla, papá había salido con unos amigos. Al parecer, habían tomado un poco de más. En su aliento se sentía el dulce aroma del buen whisky. A diferencia de otras veces, estaba más cerca y más cariñoso. No pensé nada malo hasta que noté algo duro apoyándose en ...
«1234...8»