UNA NUEVA VECINA - Relatos Eróticos

UNA NUEVA VECINA

Era el último día, antes de las reformas, que pasarían las chicas en esa casa. Clara fue nuevamente al kiosco, reemplazando a sus hijas, y nosotros fuimos con los bolsos hacia casa. Ahora éramos cuatro en el auto, además de los bolsos; Clarisa, Aldana, Efigenia y yo. ¿La nena se había incorporado a la familia?
Clarisa se sentó adelante, junto a mí. Las nenas fueron atrás con algunos bolsos. Los otros estaban en el baúl. Sin demasiado demora, aun cuando estaba a un minuto del departamento, Clarisa me acarició el paquete, sobre el pantalón, como si estuviéramos solos.
-Ssshhhh, no es el momento. - Le susurré. Ella rió… 
-Son las ganas, papi – Clari respondió en un susurro.
Por suerte, antes de que me la pusiera al palo, llegamos a nuestro estacionamiento y entramos. Bajamos todo…, un par de bolsos cada uno y subimos. “Nadie” en el ascensor.
-Bueno chicas…, pónganse a acomodar todo.
Les indiqué los roperos a cada una, para que sepan que podrían usar y guardar. Que acomoden las cosas como quieran, pero que las puedan encontrar sin demasiado revuelo. 
-No olviden que luego tendrán que enseñarles a Mami. 
Nada de sexo. Sólo algunos toqueteos, refregadas… No les quiero dar demasiada atención. No por la presencia de Efi; eso sería lo de menos. Daba la impresión que estaría muy a gusto. ¡No quería perder tiempo!
Preparé café mientras las chicas guardaban. Ellas tenían gaseosas si querían tomar algo. Obviamente quien preguntaba permanentemente era Efi, pues no tenía idea de ...

... dónde querían las chicas guardar las cosas. Me di una vueltita para ver que no hagan macanas y no pongan las cosas donde yo tengo lo mío, cuando escuché hablando quedamente a Aldi y su amiguita. Quedé fuera de la habitación, en el pasillo, escuchando. 
-Pero en esa cama no vas a poder hacer nada. ¡Te vas a caer!
-No sonsa. Cuando esté con Dani lo haremos en su cama, pues será cuando no está Mami ni Clarisa… 
Ese era el tipo de explicación que Aldi le daba. ¡Hablando de mí!
Suponiendo que Clara no estaría hasta muy tarde en el kiosco, la llamé por teléfono. 
-Enseguida voy. A las ocho cierro. – Cuando colgamos llamé a la rotisería y pedí la cena. Supuse que la amiguita de Aldi cenaría con nosotros y luego la llevaría a su casa. Aun cuando estaba a dos cuadras, no dejaría que de noche vaya sola.
Bajé y fui a buscar a Clara. Nada más que para venir caminando junto a ella. 
-¡Tesoro! ¡Sos un amor! ¿Todos los días me vendrás a buscar?
-¡Jajaja! Siempre que pueda… Seguro…
-¡Oh, qué bueno! Un hermoso pretexto para “servirte” correctamente todas las noches…
-De cualquier manera…, voy a “servime” de vos siempre que pueda…
-¡Esta noche estrenamos la cama!
-¡Jajaja! ¡Mil veces “estrenamos“ la cama!
-Digo…, la estrenamos para este semestre… - Clarita caminaba a mi lado. Me detuvo, giró y me besó. – Un anticipo, mi amor… Esta noche las nenas tendrán que tener paciencia.
	En ese momento sonó el celular. Clara atendió.
-A si, sin duda. Efi cena con nosotros. Luego la llevamos… ...