1. UNA NUEVA VECINA


    Fecha: 11/10/2022, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: drugsounds.ru

    ... Cuando entré las recogió un poquito abriéndolas más. La intención era evidente e imposible de ignorar. Terminé de desnudarme y fui hacia el objetivo de guerra. ¡Mi lengua iba a combatir! ¡Tendría los juguitos de mis tres nenas!
    -¡Así! ¡Así papi! – Clara esperaba desde hace media hora que yo la atendiera. Seguramente se estuvo pajeando, porque la humedad y el temblor de la concha son espectaculares. Cuando le tomé el clítoris con los labios, el orgasmo no se hizo esperar. No sé si era el de mejor gusto. Solamente es maravilloso. Yo sabía que tarde o temprano acabaría en su boca y toda la fiesta estaría completa.
    -Mi amor…, vos sabés que me gusta que las nenas jueguen con vos, porque sé que a vos también te gusta…, y cuando los veo me siento como si tuviera quince o veinte años. ¡Yo soy mis nenas…, haciendo el amor con el ser más maravilloso del mundo! ¿Sabés? Es algo que no tuve cuando tenía la edad de ellas y…, bueno…, imagino tenerte entonces…, cuando tenía esa edad… 
    -Pero…, mi vida… ¿qué hay de malo?
    -De malo nada. Pero quiero que te cuidés, no quiero que te pase nada.
    -¡Tan viejo no soy!
    -Pero…, igual… Nunca se sabe.
    -Voy al cardiólogo cada mes, y me dice que estoy bien. Que puedo tener todo el sexo que quiera…
    -¿Le dijiste de nosotras? - Clara se preocupó.
    -No, para nada. Le dije que me gustaban las mujeres, y que siempre que podía trataba de tener sexo… Eso le dije…
    -¡Jajaja! ¡Menos mal! Está bien. Quiero que jueguen las nenas, pero quiero que te cuidés. Que ...
    ... no te pase nada, por favor. No exagerés. Siempre tendrás la posibilidad. 
    -Si, mi amor. No exagero. Esta tarde tuvimos varias mamadas y chupadas, pero sólo acabé una vez, cuando veníamos de la casa de Efigenia. Aldana no se pudo contener. Me hizo una mamada…, que casi me mata…
    -¡Supongo qué te habrás detenido!
    -¡Por supuesto! A la sombra de un gran árbol…
    -¡Jajaja! Aldana nunca se contiene. ¡Le gusta tanto el sexo, que estaría todo el día cogiendo!
    -Mi amor…, acostate de costado, que hacemos una cucharita…, y dormimos… un poquito nomás, hasta que me recupere…
    -Sí, claro, pero me dejás la pija entre mis glúteos… ¡En una de esas se te para cuando estamos durmiendo! ¡Jajaja! ¡Y me la clavás!
    -¡Con todo el amor del mundo! – Nos acomodamos justamente así. Aunque la tenía flácida, la puse entre los glúteos de Clara. Con la mano que pasé bajo su cuerpo le agarré una teta y la otra la coloqué sobre su cadera. Creo que a los cinco minutos estaba dormido.
    	A las dos horas, más o menos, me desperté gracias a la lamida de pija que me estaba habiendo Clarita…
    -¡Mi amor! ¡Te desperté!
    -Gratamente, por cierto.
    -¿Cómo estás?
    -Listo, totalmente listo.
    -¿Te puedo montar?
    -Claro. Ponémela bien dura.
    Yo estaba boca arriba. En cuanto su mamada me la puso a punto, prestamente se montó y se la ensartó en la concha. Cabalgando enérgicamente. Una de mis manos amasaba sus tetas y la otra acariciaba el clítoris. Su orgasmo no se hizo esperar. Se estremeció gimiendo de placer y se apretó ...
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