JUGANDO CON LAS VECINAS 4 - Relatos Eróticos

JUGANDO CON LAS VECINAS 4

No sé cuánto tiempo pasó.
-¿Nos vamos a bañar, papito? – Aldana quería seguir… 
-Vayan ustedes, quiero ir solo. No me siento con fuerzas, tengo que recuperarme para que Mami esté contenta durante la siesta…
-Si, papi, tenés razón. –Clarisa era más criteriosa. – No le podemos privar de eso a Mami. 
Fueron a bañarse. Cuando las vi pasar frente a la habitación, vestidas, rumbo a la cocina, me levanté yo. ¡Al fin solo y tranquilo! ¡Lástima no tener 30 años menos!
	Fui a la cocina, para ver si quedaba algo de desayuno…, aunque sé que Clara siempre tiene de todo. 
-Hola Dani, al fin te levantaste. – Clara me saludó sonriendo. Nos saludamos con un suave beso en la boca. - Parece que estuviste muy ocupado…
-Llenando… bolsones.
-Si, si, ya me imagino los bolsones que estuviste llenando… ¡jajaja!
-Bueno…, no es para tanto. Las nenas me ayudaron…
Clara hablaba desde el kiosco. Se notaba que no había ningún cliente. Luego, efectivamente, las chicas me indicaban que era lo que querían llevar a casa y los íbamos llenando… Entre idas y vueltas consiguieron dos valijas y cuatro bolsones, que muy pronto quedaron llenos. Tendría que ir a casa a buscar algunos de los míos y de mis hijos, para no tener que vaciar estos hasta poder acomodar.
Estaba por salir, cuando escucho a Clara.
-Hola Efi. Si, si, está Aldana, levantada y trabajando… Si, si, entrá. ¡Aldi, abrile a Efi!
Aldana dejó lo que estaba haciendo y fue hasta la puerta. Cuando entró la amiga me di cuenta que era la misma ...

... cara que había vista unos días antes, y que Clara me dijo que era una compañera de la escuela.
-Buenos días, señor…
¡Para no creer! Según lo que me había dicho Clara era unos ocho meses menor que Aldana. ¡Pero un desarrollo de la gran puta! Las tetas… tan grandes como las de Clarisa…, y el… culo, bueno…, un poema.
-Efi, te presento a Daniel, Dani para nosotras. Nos está ayudando a mudarnos.
-¿Mudarnos? – La nena, Efi, no entendía nada.
-Si, nos vamos por unos meses…, a la casa de Dani, porque tienen que demoler esto para hacerlo de nuevo.
-¿Y es lejos?
-No, para nada…, 150 metros.
-¡Aaahh! – Efi suspiró tranquila…
-No hay problema. Vamos a mi pieza. – Aldana la guiaba a su dormitorio.
La vi de espalda, caminando junto a Aldana. ¡Cómo se meneaba! Unos centímetros más altos que Aldi. Y varios centímetros más de tetas y caderas. Pero la cintura más chica. ¡Un verdadero cuerpo de modelo! ¿De dónde lo habrá sacado?
Seguimos con Clarisa llenando bolsones.
-Clara, voy a casa a buscar el auto y traer los bolsones míos.
-Voy con vos. - Clarisa se enganchó enseguida.
-No tarden mucho. Clarisa…, no intentés conocer todo el departamento de Dani de una sola vez… ¡ya tendrás oportunidad! Ya vas a conocerlo muy bien… ¡jajaja! - Mami conocía perfectamente a sus hijas…
	Nos fuimos caminando. 
-¿Viste a la amiga de Aldana?
-Sí. Me dijo Clara que es compañera de la escuela, que no tenía la menor idea de que era del barrio. La conoce desde hace años…, y a la mamá también. Cree que ...