1. El Ladrón ll


    Fecha: 26/09/2022, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: lilcsiss, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... esperé a que se fuera el dolor. Finalmente empezó a llegar el entumecimiento y con ello una sensación de placer. Comencé a imitar los movimientos de Mariana y al igual que ella comencé a gemir como loco. Giraba mi cuerpo en círculos, y daba pequeños saltos sobre dildo. No era la verga de Alan, pero aún así gemía como una perra en celo. 
    
    Alan y Mariana cambiaron de posición. En esta ocasión ella estaba en cuatro y él sobre ella. 
    Ya sin esperar más detenimiento, se la ensartó y comenzó con embestidas veloces. Yo hice lo mismo con mi dildo. En ese momento ya me había acostumbrado al dolor y me fue más fácil seguir el ritmo, me lo metía y sacaba con velocidad mientras que gemía. Por otro lado, a pesar de que mi verga aún luchaba por escapar de aquella jaula, el dolor de la presión se veía opacado por el placer de sentir el dildo en mi culo. De pronto escuché a Alan decir entre bufidos.  
    
    “Me voy a venir”. 
    
    Para mi sorpresa vi que Mariana se despegaba y se paraba de la cama. Alan se me acercó. 
    
    “Sácate eso de culo” me dijo. Yo le hice caso y me saqué el dildo. 

“En cuatro, mirando hacia el frente y con el culo hacia mi”, me dijo. 
    
    Hice lo que me dijo, y sentí que su verga empezaba a entrar en mí. Esta vez con menos dolor. Pensé que la metería toda y me cogería. Pero cuando llegó a a la mitad de su longitud, sentí que se empezaba a correr dentro de mí. Terminó de dejarme todo el semen adentro, sacó la verga y me dijo. 
    
    “Límpiala”
    
    Me volté y comencé a lamer ...
    ... su verga. Sabía a semen pero también a algo más, un sabor extraño, que no podía describir, era el sabor de la vagina de Mariana. Terminé de limpiarle y habló. 
    
    “Bien hecho zorra. Vi que te corriste eh. Ya te había dicho que tocarse no era necesario”. 
    
    Yo no sabía a que se refería, pero cuando miré hacia abajo vi que todavía escurría un poco de semen desde la jaula que cubría mi pene. 
    
    Él se rió. “Ya sé que estás decepcionada que no te cogiera, pero primero debes entrenar. Sigue así y pronto tendrás verga hasta el cansancio. Ahora bien, ¿cómo se dice?”
    
    “Gracias” le contesté. 
    
    “Bien, ahora vámonos a dormir, mañana nos espera otro día largo.” Le iba a decir qué pasaría con Mariana, pero cuando quise buscarla vi que ya no estaba. Él se tiró a dormir y yo hice lo mismo. Antes de caer en el sueño, un pensamiento cruzó mi mente “soy una perra y me gusta las verga”.
    
    Los siguientes tres días fueron rutinarios pero cada uno clave para que Alan lograra transformarme según lo que era su objetivo. Como estuvo viviendo esos días, yo me encargaba cocinar y lavar mientras que él siguió trayendo a la casa distintas mujeres cada noche.
    
    Yo por mi parte, seguí las indicaciones de Alan y todas las noches mientras cogían, yo imitaba sus movimientos lo mejor que podía, él terminaba de correrse dentro de mí y yo era feliz con eso. Asimismo, después del segundo día, me había vuelto adicto a los videos de hipnosis hasta el punto que poco a poco mi mente se iba formando y ahora no ...
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